No Tienes Que Estar Solo

Capítulo 15: el nuevo equipo peligroso

Sakura comenzó a gritar completamente desesperada y molesta por el retraso de su sensei. Ninguno podía culparla, siempre era lo mismo y también estaban hartos. Kimera bostezó y se frotó los ojos intentando despertarse.

-¿Haz dormido bien anoche?- Preguntó Sasuke en voz baja haciendo a la Genin sonreír. Siempre le preguntaba lo mismo y nunca iba a cansarse de ello.

-Claro que sí.- El Uchiha frunció el ceño en su dirección haciéndola suspirar.- Casi no he podido pegar el ojo. Aquel chico de ayer, Sabaku No Gaara, me puso los pelos de punta.

-Tranquila, todo estará bien. Él no te hará daño, no mientras yo siga vivo.- Prometió pasando un brazos por sus hombros buscando reconfortarla.

Ella le sonrió y dejó un pequeño beso en su mejillas al mismo tiempo que su Jōnin a cargo se hacía ver.

-Hola, buenos días a todos. Perdonen el retraso, temo que me perdí en el sendero de la vida.- Se excusó de la misma forma que el día anterior había hecho.

-¡Sí, cómo no!- Replicaron en un grito Sakura y Naruto mirando a su sensei con fastidio.

-Sé que esto es repentino, pero los recomendé para los Exámenes Chūnin. A los cuatro. Éstas son las solicitudes.- Kakashi-sensei les extendió cuatro papeles que no tardaron en tomar y analizar.-Todo esto es voluntario, depende de cada uno de ustedes. Si no se sienten listos, pueden esperar hasta el próximo año.

Pero tres de ellos estaban más que listos para eso, habían estado esperando eso desde el momento en que los chicos del desierto les hablaron sobre ellos. Naruto abrazó a Kakashi mientras gritaba de felicidad y el peliplateado se quejaba e intentaba separarlo de él.

-Quien quiera presentar los exámenes debe firmar la solicitud y presentarse en el salón 301 en la Academia. A las tres de la tarde, dentro de cinco días. Es todo.

-Exámenes Chūnin, Exámenes Chūnin...- Repetía Naruto rebosante de la felicidad por tener un nuevo reto.

Comenzaron a caminar para alejarse del puente y dirigirse a su casa a tomar una decisión e intentar mejorar en ese corto lapso de cinco días.

Cuando Kimera llegó a casa, lo primero que hizo fue tomar un libro de la biblioteca de su padre y comenzar a estudiarlo y practicar con él el resto del día. Naruto tenía sus clones de sombra, Sasuke sus jutsu de fuego, Kimera quería tener un jutsu especial también y lo iba a conseguir.

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Al día siguiente se enteró que Hinata también participaría en los exámenes. Ambas entrenaron juntas ese día hasta que decidieron que debían hacerlo por separado ya que pronto serían rivales.

Kimera fue a los campos de entrenamiento y activó su Byakugan para intentar mejorarlo y perfeccionarlo, también llevó el libro de su padre para aprender su jutsu. Se llevó horas y horas de cansado entrenamiento hasta que una presencia llamó su atención. Miró de reojo el lugar donde se ocultaba la persona y lanzó un kunai en el momento menos esperado. El tipo se rió cínicamente llamando la atención de Kimera quien frunció el ceño.

La chica se levantó con el cansancio visible en su rostro pero ella simplemente se acercó al ninja con los ojos en blanco.

-Creí que valía más que un simple Genjutsu.

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Parados frente a la Academia veían a varios alumnos entrar y salir de esta con decisión y valor. Pronto ellos se dirigieron al lugar para encontrarse con una escena frente a la supuesta puerta del salón 301.