La chica se levantó sintiendo sus párpados pesar debido a que acababa de despertar. Se frotó estos mientras bostezaba y bajaba las escaleras con sumo cuidado para no tropezar, moría de sueño y eso podía notarse a kilómetros. Bajó a la cocina donde se encontró con su padre tomando tranquilamente el desayuno con su típica expresión seria, sonrió levemente y se acomodó frente a él.
—Buenos días, padre. ¿Cómo se encuentra?- Preguntó mientras se servía un poco de té.
—Muy bien, Kimera. ¿Tu entrenamiento será más tarde que el de Hinata? Ella ha salido desde las 4:45.- Habló su padre mientras la miraba intrigado y repetía su acción llevando la taza hasta sus labios.
Los ojos de Kimera se abrieron como platos, ella debió irse a la misma hora que Hinata. Miró el reloj que se encontraba en la pared y se levantó rápidamente al ver que eran las 5:05. Subió las escaleras corriendo mientras escuchaba a su padre gritar que no corriera en la casa aunque ignoró aquello. Se vistió con rapidez y torpeza y volvió a bajar los escalones gritando a su padre que iba tarde a su entrenamiento.
Corrió con rapidez por las calles que aún estaban oscuras. A pesar de eso, ella sólo podía procurar llegar a tiempo.
Si llego tarde, Kakashi-sensei tal vez me castigará con más entrenamiento, como mi padre cuando me equivoco. Pensó.
Cuando llegó al punto de encuentro, se detuvo abruptamente haciéndola caer frente a sus compañeros. Sus mejillas, ya de por sí rojas, aumentaron su color debido a los dos pares de ojos que la miraban con curiosidad y unos con frialdad.
—¿Por qué llegas tan tarde?— Exclamó Sakura mirándola molesta. Podía ver las ojeras debajo de sus ojos. Tal vez por eso estaba tan molesta.
—M-me quedé dormi-mida.— Contestó mirando el suelo y con más brusquedad de la debida. No le caía bien y, a veces, no podía evitar ser grosera con ella. Suspiró y miró a sus demás compañeros algo intrigada.
Sasuke la miraba con indiferencia y Naruto ni siquiera la miraba, estaba tan adormilado que por poco no nota que ya había llegado. Soltó una risilla y se acercó a él antes de tocar su hombro.
—Oye, Naruto-kun, ¿por qué no te acuestas en mi regazo? Como cuando éramos niños.— Le sonrió con dulzura al ver que los ojos de su amigo brillaron con intensidad.— Yo te despertaré cuando Kakashi-sensei llegue.
—¡Gracias, Mera-chan! ¡Eres la mejor!— Dicho esto, se acostó en su regazo y a los segundos ya estaba durmiendo.
Sonrió y acarició su cabello antes de observar a sus compañeros, Sakura estaba demasiado ocupada intentando mantenerse de pie, pero Sasuke sí la estaba viendo, en cuanto conectaron miradas, él la desvió con los ojos llenos de fastidio.
¿Me odiará? Aquella idea la puso ligeramente triste pero intentó que no se notara.
—No deberías consentirlo tanto o sólo será una carga para el equipo.— Soltó con brusquedad el pelinegro sin siquiera mirarla.
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Luego de horas esperando al sensei, Naruto despertó sintiéndose más enérgico. Miró a Kimera, la cual tenía los ojos cerrados y, por las venas remarcadas alrededor de sus ojos, sabía que estaba usando su Byakugan. Él lo sabía bien, se lo había enseñado cuando ambos tenían 9 años, Naruto había quedado impresionado e intentó hacer lo mismo, la chica se rió y le explicó que eso sólo podía tenerlo alguien de su Clan.
El Byakugan era el Kekkei Genkai también conocido como Dōjutsu o línea sucesoria del Clan Hyūga. Su capacidad principal se basa en una visión superior, otorgando una esfera completa de visión de casi 360°. Otra habilidad que otorga es la de ver a través de los cuerpos, permitiendo también ver con sumo detalle el sistema circulatorio de chakra de los demás y ver los puntos del chakra del cuerpo, con suficiente claridad como para golpearlos
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No Tienes Que Estar Solo
FanficHyūga Kimera, hermana gemela de Hinata, se adentra en una aventura después de que es seleccionada para ser parte del equipo 7, donde el único Uchiha sobreviviente se encargará de hacerla vivir sentimientos jamás conocidos por la joven kunoichi. Él e...