✔️4.- Encuentro frustrado

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Las suaves notas de un piano se dispersaban con soltura por toda la estancia, dando paso a una triste sinfonía que se asemejaba a el estado de animo de la castaña, habían pasado demasiadas cosas en un periodo de tiempo tan corto, que aún no podía procesar tal cantidad de información.

El pasado encuentro con Aleksei aún se repetía en su cabeza en bucle, cuando esto sucedía su enojo volvía a aumentar exponencialmente. En estos casos lo único que parecía proveerle algo de sosiego era la música.

Continúo tocando hasta que la pieza llego a su fin, la castaña abrió los ojos y se sorprendió al encontrar a su padre a unos pasos de distancia.

—¿Noche difícil, cariño?

Ale suspiro, antes de levantarse de la banqueta en la que había estado sentada anteriormente. Se apresuró a arrojarse a los brazos de su padre, buscando contención, cuestión que tomo por sorpresa a Luka, pero se limitó a mantener a su hija apretada en su abrazo.

—Quiero destrozar a ese hijo de puta, no mereces la bajeza que te hizo, y no soporto verte tan decaída.

—No estoy triste, ni decaída simplemente estoy tratando de procesar todo esto, si te soy sincera aún sigo en schock, pero más que dolerme por Aleksei, me duele por Raisa, compartí siete años de mi vida con ella y los tiro a la basura.

—Tómalo como una experiencia, todos los sucesos te dejan un aprendizaje, esto es solo un bache en el camino y estoy segura que vienen grandes cosas. La persona adecuada sigue esperando por ti, solo es cuestión de encontrarla. En la vida todo pasa, todo llega, todo cambia.

— Necesitaba escuchar esto, te amo y estoy agradecida de que seas mi padre.

Luka asintió, dándole una cálida sonrisa a Alena para después depositar un beso en su cabeza. Volvió sus pasos hasta perderse en las escaleras.

La castaña giro su cabeza hasta que su vista se quedó en el reloj circular que se encontraba en una de las paredes de la estancia; el cual marcaba las seis de la mañana en punto.

La joven Ivanova creyó que era un buen momento para dar inicio a su rutina de ejercicio matutino por lo que se dirigió a su habitación a cambiarse por ropa más adecuada para la tarea.

Una vez lista tomó las llaves de la residencia y salió por la puerta dando inicio con pequeños pasos a su caminata.

Estaba tranquila, perdida en su mundo mientras en sus oídos resonaba la melodía de River Flows In You.

De manera abrupta un sonido detrás de ella la hizo sobresaltarse sacándola de su ensimismamiento.

Con rapidez quito sus auriculares y volteó su cuerpo hacia atrás solo para encontrarse con un coche prácticamente hecho pedazos a solo unos metros de donde se encontraba.

Al parecer y por lo que podía observar se trató de un choque bastante aparatoso; se acercó con cautela hacia el vehículo y pudo observar cómo del cofre comenzaba a salir humo en gran cantidad.

Gracias a su padre tenía algunos conocimientos básicos sobre primeros auxilios y pensó que en este momento de crisis sería den de gran utilidad.

Se aproximó en un trote ligero hacia el auto que en este momento tenía apariencia de un montón de aluminio solamente.

Golpeó los nudillos con algo de fuerza contra la superficie resquebrajada del parabrisas del lado del conductor.

¿Están bien? —cuestionó en voz alta, para hacerse oír

Al no tener respuesta, repitió la acción, obteniendo el mismo resultado.

Comenzaba a impacientarse, por lo que con poca dificultad logró abrir la puerta del auto; el metal hizo un chirrido horrible al verse roto que caló hasta lo más profundo de los tímpanos de la joven.

Derritiendo tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora