Alena aparco su auto en la acera de la vivienda de su abuelo. Él era la única persona que podía ayudarla a tranquilizarse en momentos de crisis y vaya que en esta ocasión lo ameritaba.Bajo del vehículo, cerró la puerta tras de sí y dio un largo suspiro permitiendo a su mente calmarse por un momento. Ya que aún seguía muy enfadada por el episodio en la casa de madre.
Pero si de algo estaba segura es que llegaría al fondo del asunto.
Irguió los hombros y comenzó a caminar a paso seguro. Sus zapatos de tacón resonaban en el pavimento y disfrutaba como una suave brisa alborotaba su cabellera castaña.
Presionó sus nudillos contra la puerta de madera y esperó un momento.
Noto algo de movimiento dentro de la casa y un segundo después la puerta se abrió y su abuelo apareció en su campo de visión.
—Cariño ¡Que sorpresa! —Su abuelo sonrió ampliamente, antes de envolver a Ale en un abrazo.
—Lamento haber venido sin avisar —la ojiazul hizo una mueca— solo necesitaba verte.
No te disculpes cariño, pasa —el hombre de pelo canoso se hizo a un lado— Tú abuela está preparando el almuerzo.
Alena entro por la puerta y se sentó en el sofá de la estancia. Minutos después su abuela salió de la cocina a saludarla.
La joven Ivanova respiró profundo y se dejó caer en el sofá. Se relajó tanto que no noto la presencia de su abuelo a su lado, quien le ofrecía una taza de té.
Le dio un pequeño sorbo antes de que el hombre a su lado pronunciara palabra alguna.
—¿Para que querías verme Ale? —interrogó el anciano, mirándola a los ojos.
—¿Podemos pasar a la biblioteca? Es un asunto delicado —pronunció Alena.
Sin decir ninguna palabra más y en un mutismo absoluto se dirigieron a la parte mencionada, al tiempo que la castaña aseguraba la puerta.
—Me estás poniendo nervioso cariño —el abuelo la observo— dime de una vez que está pasando.
Y así fue como Alena comenzó a relatarle toda la situación vivida con su madre en los últimos meses. Desde su repentino cambio de actitud hacia ella hasta el reciente intento de agresión contra Gleb. Incluso debió contarle sobre la abrupta cancelación de su boda con Aleksei. Cuestión que su abuelo tomó con mucha sorpresa.
Luego de eso procedió a ponerlo al tanto acerca de la declaración que había hecho Gleb anteriormente. Y de su intención de llegar a la verdad.
Después de unos minutos más de charla Ale decidió que era un buen momento para tomar un descanso por lo que salió un momento a la pequeña terraza que había y tomó asiento en un sofá que ahí había.
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Derritiendo tu corazón
RomanceLa muchacha de castaños cabellos, caminaba solitaria y desolada por las calles de San Petesburgo mientras sus azulados ojos derramaban lágrimas cuál catarata. Estaba siendo víctima de una de las mayores humillaciones de su vida, hace apenas unas hor...