✔️13.- Charla interminable

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Las ruedas del auto se detuvieron, después de que Piero apagara el motor

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Las ruedas del auto se detuvieron, después de que Piero apagara el motor. Abrió la puerta y luego de rodear el auto repitió la acción del lado del copiloto. Alena salió después de agradecerle a Piero con un asentamiento el que haya mantenido la puerta abierta para que ella pudiera salir.

Después de asegurar el vehículo caminaron uno junto al otro hasta entrar en el local, el cual sorprendió a Piero ya que espera que fuera un lugar de esos para gente de la alta sociedad ya que era así como miraba a Alena.

Pero una vez más la vida le estaba demostrando con hechos que no debemos juzgar a una persona solo por cómo se viste o la cantidad de posesiones materiales que pueda llegar a tener. El dinero no forja el carácter de nadie.

Alena se detuvo en el recibidor y de acerco al hombre elegantemente trajeado con un efusivo abrazo, mismo que este le correspondió. Luego de intercambiar algunas palabras en ruso que Piero no comprendió el hombre volvió a sonreír y con una seña les indicó a Alena y a el que lo siguieran.

Pasaron un amplio corredor hasta detenerse al frente de un par de puertas francesas, las cuales luego de ser abiertas dejaron a la vista un piso con un total de seis mesas adornadas solamente con un sencillo mantel blanco, un jarrón con flores en su interior, cubiertos de plata además de copas de cristal.

El mozo los guio hasta una de las mesas más apartadas, justo la que se encontraba frente a la ventana, ofreciéndolo una panorámica de la cuidad digna de ser retratada. Luego de tomar asiento con una sonrisa amable el maître habló.

—En un momento vendrá el mesero a tomarles la orden, espero disfruten la estancia.

Esto último lo pronunció en un perfecto inglés, por lo que Piero supuso que entre las palabras que había intercambiado el maitre con la castaña ella mencionó que el no conocía el idioma.

Luego de que ambos asintieron el hombre se retiró dejándolos por fin solos.

La ojiazul fue la primera en romper el silencio.

—Espero no te moleste que haya pedido que nos movieran al reservado, al parecer el restaurante está algo colapsado, hay demasiado ruido y no me pareció apropiado si queremos tener una buena charla.

—No tengo ningún problema con eso Alena. —Piero hizo un movimiento con la cabeza, restándole importancia.

Perfecto —Ale tomo un sorbo de agua de una copa para después hablar— Cuéntame de ti, ¿qué te trajo a Rusia?

— Mi padre me pidió ayuda para cerrar un acuerdo con uno de sus socios, ocasionalmente lo ayudó con estos asuntos, aunque no es de mi total agrado.

— ¿A qué se dedica la empresa? —la joven Ivanova observaba a su acompañante con verdadero interés volcando su completa atención en el— y ¿qué es eso que si es de tú total agrado?

— Es una de las empresas pioneras en el sector vinícola en Italia. Lo que de verdad amo es la fotografía, la poesía, la pintura y el canto. En realidad, cualquier actividad relacionada con el arte me encanta. Soy fotógrafo profesional, formé un grupo con mis amigos y en realidad disfruto mucho cantar. Mi padre casi pega el grito en el cielo cuando le dije que no quería seguir sus pasos, mi hermano Francesco si lo hizo.

Derritiendo tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora