✔️33.- Vendetta

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Les traigo un capítulo para tratar de hacer un poco más amena su cuarentena ❤️Quédense en su casa, lávense las manos y entreténganse leyendo Voten, comenten y todo lo que ustedes hacen 🖤Aún no puedo creer lo lejos que hemos llegado con DTC casi 4...

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Les traigo un capítulo para tratar de hacer un poco más amena su cuarentena ❤️
Quédense en su casa, lávense las manos y entreténganse leyendo
Voten, comenten y todo lo que ustedes hacen 🖤
Aún no puedo creer lo lejos que hemos llegado con DTC casi 40k lecturas y me duele que ya falten tan pocos capítulos para despedirnos de #Pierena 🥺

Un agradecimiento especial a mi beta reader MNaomi_ Gracias por darme ánimos cuando no quería escribir y por soportar mis ideas locas 😍❤️

¡Disfruten el capítulo!

El silencio presente en aquel coche era ensordecedor, Piero se había empecinado en conducir al percatarse del estado de conmoción en el que se encontraba Alena.

La joven Ivanova permanecía en completo silencio mientras las lágrimas descendían por su rostro sin detenerse. Piero sintió un dolor en el pecho al observarla en ese estado tan vulnerable y atípico en ella, quien siempre se había mostrado al mundo como una mujer segura de sí misma, capaz de afrontar con éxito las situaciones de la vida cotidiana.

El sonido de su celular causó que Alena diera un respingo. Al observar el nombre de su hermano en la pantalla se apresuró a contestar, mientras sentía como su corazón reanudaba su marcha desbocada dentro de su pecho.

— Vamos en la ambulancia con en camino al hospital, aún sigue sin responder.

Alena suspiro y sintió como su pecho se apretaba haciéndole difícil la tarea de respirar.

Piero, quien se encontraba a su lado y había escuchado todo se limitó a apretar su mano con más fuerza y cambiar el rumbo del vehículo.

Después de veinte agonizantes minutos el trayecto finalizó, Alena ni siquiera espero a que Piero detuviera el coche y comenzó a correr deprisa hacia la entrada, se detuvo solo al llegar para tratar de calmar el latido frenético de su corazón.

Se sostuvo del mostrador y se aclaró la garganta para llamar la atención de la joven enfermera, quien alzó la mirada al percatarse de la presencia de alguien más.

—Señorita, necesito informes sobre el estado de Luka Ivanov

—¿Cuál es su parentesco con el paciente?

—Soy su hija.

—El señor Ivanov fue ingresado con una herida por arma de fuego en el pecho, en este momento se encuentra en la sala de reanimación, su condición es crítica, en unas horas será llevado a cirugía, puede quedarse en la sala de espera del segundo piso.

Alena le agradeció la información y lo más rápido que sus piernas se lo permitieron avanzo hacia el ascensor.

Podía sentir su corazón retumbando con fuerza en su pecho, sus manos temblaban a causa de la ansiedad y un nudo se formó en su estómago, se sentía mareada y creía que en cualquier momento se desmayaría.

Derritiendo tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora