✔️26.- ¿Arrepentimiento?

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Alena subía a su aeronave, se acomodó en los asientos de piel mientras esperaba que el piloto anunciara el despegue

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Alena subía a su aeronave, se acomodó en los asientos de piel mientras esperaba que el piloto anunciara el despegue.

Dejo escapar un suspiro, cerró sus ojos al tiempo que se dejaba caer sobre la mullida superficie, presa del cansancio acumulado por el ajetreo de los últimos días.

La pantalla de su teléfono se iluminó y un mensaje de su padre apareció

¿Llegarás hoy o hasta mañana querida?

Llegaré hoy en la tarde noche, estoy esperando el despegue del avión

Llámanos apenas aterrices, Gleb también está preocupando

Los pasos de la azafata la hicieron levantar la vista, la tímida voz de la mujer de cabellera rubia le anunciaba que estaban próximos a despegar y que debía abrochar su cinturón de seguridad, orden que acató sólo segundos después de caer en un profundo sueño.

Alena abrió los ojos, sintiéndose un poco desconcertada en primera instancia. Inspeccionó rápidamente el lugar y se dio cuenta que seguía en la aeronave. Se desperezó sobre el asiento y trato inútilmente de arreglar la maraña en la que se había convertido su cabellera.

Veinte minutos después por fin aterrizaba, tomó sus maletas y camino hacia las afueras del aeropuerto, se paró en la acera y varios minutos después detuvo un taxi, acomodó las maletas en la cajuela y después se introdujo en el vehículo para emprender el regreso a casa.

Volvió a abrir los ojos sobresaltada, cuando se percató de que el auto se detenía, no recordaba el momento en que había caído dormida, bajo del auto después de pagar la tarifa asignada.

Entró a su casa llevando su equipaje a cuestas hasta su habitación, tomó su teléfono para avisar a su padre y su hermano que había llegado sana y salva y que todo marchaba bien.

Desempaco sus pertenencias y eligió un conjunto para darse una ducha. Necesitaba bañarse para espabilarse y quitar los restos del jet lag de su cuerpo.

Cuarenta minutos después dio por terminada su ducha, se vistió con algo sencillo, una blusa con estampado y unos shorts a la cadera además de uñas sencillas zapatillas deportivas. Era domingo, no tenía ganas de arreglarse demasiado.

Avanzó hasta la cocina para prepararse una merienda mientras ahora sonaba una melodía instrumental.

Abrió el refrigerador y se dio cuenta que iba a tener que salir de compras ya que no tenía víveres a causa de su larga ausencia.

Tomó las llaves de su auto y emprendió camino hasta el supermercado más cercano. Entró a la tienda y empezó a recorrer los pasillos poniendo en el carrito de compras todo lo que necesitaba.

Luego de una hora estaba lista para marcharse, pero el observar a una mujer rubia, encorvada y sollozando la hizo frenarse en seco, por alguna extraña razón sintió la necesidad de acercarse.

Derritiendo tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora