Otra noche en vela se sumaba al historial de Ale, no recordaba cuando había cerrado los ojos, suponía que se había quedado dormida después de tanto llorar.Con los ánimos por el suelo se levantó de la cama, aún a pesar de todo tenía una responsabilidad que cumplir con su empresa y sus empleados.
Hoy no siguió su casi tradición de ver por el ventanal apenas levantarse su estado anímico no estaba para eso.
Con pesadez camino hacia el baño, al verse reflejada en el espejo se asustó con lo que vio: Su cara estaba hinchada, grandes círculos negros se hallaban debajo de sus ojos y el contorno de estos se encontraba enrojecido.
Lanzando un suspiro cansado abrió el grifo y dejó que el agua fría impactará de lleno en su cara y lograra espabilarla, aunque sea un poco.
Se despojó de su ropa y entró de lleno en la ducha. El agua fría impactó de nuevo contra su espalda causándole un escalofrío. Suspiro, recargando la frente en las baldosas de la ducha, sin demasiadas ganas termino de asearse y salió envuelta en una toalla de baño.
Avanzó unos pasos hasta su recámara, terminó de secar su cabello y entró a su armario para buscar su atuendo.
Termino por elegir una camisa color azul fajada junto a una falda tipo lápiz de color negra y sus infaltables zapatos de tacón negros, solo que estos tenían una correa con brillantes en el tobillo.
Ajustó la correa de su reloj, se roció perfume y después de darse un último vistazo en el espejo salió de su casa para cumplir con su jornada laboral.
El auto comenzó a circular por la autopista a una velocidad moderada, sin sobrepasar los límites de velocidad. Ale bajo la ventanilla, afuera corría un viento fuerte por lo que le gustaba sentir el mismo acariciando su rostro y alborotando su melena, además de respirar el aire fresco, eso la hacía sentirse solo un poco más viva.
Después de un trayecto de cuarenta minutos —ya que había decidido tomar la ruta más larga— llegó a la empresa, bajo del vehículo y abrió la puerta trasera para tomar su maletín. Su estómago se revolvió al notar como los dos folders con toda la "evidencia" seguían allí. Se pasó la mano por el cabello en un signo de frustración.
Sin pensarlo demasiado cerró la puerta con fuerza y se encaminó hacia la puerta acristalada con sus tacones resonando contra el suelo embaldosado, anunciándole a todos su llegada.
Apenas entró siguió de largo hasta su oficina con Milenka detrás de ella. Colgó su bolso en el perchero y tomó asiento detrás de su escritorio.
—¿Que tenemos para hoy Milenka?
— El encargado del departamento de publicidad la está esperando para tratar un asunto. De resto nada más, la semana pasada adelantó trabajo como para tres meses —río.
—Perfecto, entonces haz que pase, quiero terminar con esto cuanto antes, apenas el salga necesito que vuelvas a entrar ¿entendido?
Milenka asintió, y minutos después el responsable del departamento de publicidad entró y sin perder más tiempo se abocaron a lo que debían. Treinta minutos después ambos estrecharon las manos en señal de despedida y el hombre salió dándole paso de nuevo a Milenka.
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Derritiendo tu corazón
RomanceLa muchacha de castaños cabellos, caminaba solitaria y desolada por las calles de San Petesburgo mientras sus azulados ojos derramaban lágrimas cuál catarata. Estaba siendo víctima de una de las mayores humillaciones de su vida, hace apenas unas hor...