VI

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Romina.

Me desperté temprano, mire mi celular y eran cerca de las 10 a.m.. Fui a la cocina a preparar el desayuno, no sabía si despertar a Tomás y a la chica o que hacer asi que decidí prepararme solo cafe para mí y leche chocolatada para Iñaki.

Mientras iba hasta la pieza del bebé a despertarlo, la chica de anoche salió de la pieza de Tomás chocandose conmigo.

- Correte - Me dijo con todo el asco del mundo y se fué cerrando con fuerza la puerta del departamento.

Me recordé la regla número 4.

Hice de cuenta que nada habia pasado y entre a la pieza de Iñaki, lo desperte y lo ayude a vestirse. Nos sentamos a desayunar mientras mirábamos El Increible Mundo de Gumball, amaba este programa y parecía que Iñaki tambien.

- ¿Qué querés hacer más tarde? - Le pregunté.

- Ir a pasear - Me contesto con una sonrisita. Era tan lindo.

- Bueno, vamos a ver que puedo hacer - Le conteste mientras levantaba nuestras tazas y las llevaba a la cocina.

Iñaki se levanto y se fue a su pieza, lo supe por los pasitos que se sentían en el piso de madera. Sentí otros pasos más pesados y supuse que era Tomás, así que me acerque al living para ofrecerle café y avisarle que me llevaba a Iñaki a pasear.

Me quede quieta cuando lo vi parado en frente de la tele, riendose de los dibujitos, con el pelo mojado y solo una toalla en su cintura. Este hombre era arte. Mientras miraba todos los tatuajes que tenia en su cuerpo me di cuenta que me habia puesto colorada.

- Tomás ¿Queres café? - Le pregunte mientras volvia a la cocina.

- Dale, me encantaria - Senti su voz en mi espalda y casi tiro todo.

Le serví un poco del café que ya habia preparado, que por suerte seguia caliente, y cuando me di vuelta para darselo estaba apoyado en la barra jugando con las llaves. Inhale profundo y le extendí la tasa.

- No te molesta que ande así por la casa ¿No? - Me pregunto señalándose el cuerpo. No me molestaba, pero que despues no se queje si tengo sueños humedos con él.

- No, para nada, es tu casa - Le sonreí y él me devolvió la sonrisa - Más tarde voy a sacar a pasear a Iñaki un rato, él me lo pidió.

- Si, ustedes sabrán lo que hacen - Se encogió de hombros - Ahora te doy plata.

Yo solo asentí y fuí a la pieza a cambiarme, despues abrigue a Iñaki y busque a Tomás para avisarle que nos ibamos, pero no lo encontre por ningun lado, solo encontre plata abajo de las llaves del departamento con las que él habia estado jugando un rato antes.

Madre sustituta ; c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora