XIX

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Romina.

Habia llegado el dia del cumpleaños de Iñaki.

Salí de la ducha y me envolví en una toalla. Fuí hasta la pieza de Iñaki y mire que estuviera dormido. Volví a mi pieza y me cambié.

Me puse un vestido corto, aunque sabia que me iba a morir de frio, una campera de jean que combinaba y unos zapatos sin mucho taco.

Desperté a Iñaki con el desayuno y cuanto termino lo vesti. Le puse un pantalon negro, una remera gris y una campera abrigada que él eligió.

- ¿Por qué elegiste esta ropa? - Le pregunté. Él sonrió.

- Es igual a la ropa que se va a poner papá - Me dijo - ¿Vamos a despertarlo?

- Vamos - Le dije y lo lleve de la mano.

Entramos a la pieza de Tomás e Iñaki se le subió encima, por suerte ya eran tan distanciados. Tomás se desperto, saludó a Iñaki con un beso y un abrazo y despues empezó a hacerle cosquillas.

Nos quedamos mirando tele con el bebé hasta que Tomás termino de bañarse y cambiarse. Iñaki tenia razón, estaban vestidos iguales.

Nos fuimos los tres juntos a la casa de eventos donde se iba a hacer el cumpleaños. Mientras yo manejaba Tomás jugaba en los asientos de atras con Iñaki, los podia ver por el espejo retrovisor y daban demasiada ternura.

- Tenemos algo que decirte Romi - Dijo Tomás acercandose un poco más y sentándose a Iñaki en sus piernas - Me compre un auto nuevo y este queda para vos e Iñaki.

- ¿Es joda? - Dije sin sacar la vista del camino. Ellos negaron con la cabeza al mismo tiempo - No se si esta más loco el papá o el hijo.

Llegamos al lugar y ellos se fueron a jugar mientras yo esperaba que llegue la gente. Las primeras en llegar fueron Laura y Adriana.

- Hola preciosa - Me saludó Laura con un beso para después irse a ver a su hijo y su nieto.

Adriana me saludo con un abrazo y me preguntó como seguían las cosas con su hermano. Días despues de la noche que dormí con Tomás ella me contó que nos vió y desde ese momento quiere que sea su cuñada.

- Por suerte va todo bien, pero sigo insistiendo en que no va a pasar nada de nada con tu hermano - Le dije.

- Eso decis ahora - Dijo ella sonriente.

Le iba a contestar pero entraron Iñaki y Tomás para saludarla. Un rato después empezó a llegar la gente al cumpleaños.

Lo más sorprendente para Iñaki, Laura, Adriana y para mí, fue que Tomás no se despego un minuto de su hijo, lo abrazaba y le decía que lo quería. Aúnque nos sorprendiera, nos alegraba muchísimo.

Madre sustituta ; c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora