Madre sustituta ; c.r.o

XXXIX

Romina.

- Cambié de idea - Me dijo Tomás, entrando a la pieza con Iñaki a upa, quien lo miro mal - Bueno, cambiamos de idea con Iña.

- ¿Sobre qué? - Les pregunté, mientras preparaba la ropa para ir al hospital. Tenia que ver a una obstetra.

- Queremos que se llame Aneley - Dijo Iñaki. Yo le sonreí.

- Bueno, si es nena va a llamar Aneley - Les respondí - Me gusta.

- Y si es nene Tupaq - Dijo Tomi.

- Esta claro que los nombres comunes no son para esta familia ¿No? - Les pregunté. Ellos negaron con la cabeza.  Eran iguales.

Fuimos los tres juntos al hospital, no habia gente así que me atendieron enseguida. La doctora me revisó, anotó mi ultimo periodo y me hizo una ecografía.

Tomás no dejó de sonreir en ningun momento, Iñaki y yo estabamos igual. Según me dijo, estaba de dos meses: "Porque se empieza a contar desde el último día del último periodo que tuviste". Era un arroz, ni siquiera lo distingui en la ecografía.

Volvimos al departamento. Vinieron Luli y Lola con Uriel, estás chicas eran inseparables.

- Te tengo que contar algo - Me dijo Lola - Estoy embarazada.

Escupí toda el agua que estaba tomando y escuche como Tomás se reía desde la cocina.

- ¿No queres que pongamos una guarderia mi amor? - Me preguntó acercandose. Lo mire mal y a la vez con ternura, me encantaba que me diga así.

- ¿Por? - Preguntó Luli.

- Por tu hijo, por Iñaki, por el futuro young flex y por el futuro barderito - Respondió Tomás abrazándome por la espalda y acariciandome la panza. Lola y Luli me miraron con la boca abierta.

- Quiero ser la madrina - Dijo Luli y Lola la miro mal - Te gane.

- - -

Los meses pasaban y junto con ellos seguía creciendo mi panza. Tomás me corría por toda la casa sin dejarme hacer nada, cuando tenia un show se quedaba Adriana conmigo, que tampoco me dejaba hacer nada.

A los cuatro meses me dijeron que iba a ser una nena. Iñaki saltó de la alegría y Tomás lloró de la emoción. Adriana ya era la tia babosa que le vivia comprando cosas.

Por otro lado, Lola vivia viajando con Ivo, nos veíamos cuando volvía a Buenos Aires. Luli venia casí todos los días y eso a Tomás no le gustaba, se ponia celoso y no queria compartirme con nadie.

Gabriela y Alejo vivian de joda, se peleaban, volvían, se iban de joda y se volvían a pelear. Después de unos meses ya estaban viviendo juntos.

Neo traía a su bebé para jugar con Iñaki, y me había hecho muy amiga de Aldana, la mamá de Amadeo, o novia de Neo, nunca supe que eran y no queria preguntar.

- ¡Tomás, basta! - Le pedí por última vez - ¡No quiero comer más!

Ya sospechaba que mi panza estaba el doble de grande por toda la comida que me daba Tomás.

- Un poquito más - Me decía mientras me daba otra papa frita. La comí y me empecé a sentir mal.

Salí corriendo al baño y vomite todo lo que habia comido. Tomás queria entrar a ayudarme y le pateé la puerta para que no entrara.

- ¡Te dije que no queria comer más! - Dije mientras otra arcada volvía.

Me levanté del suelo y me cepille los dientes, después limpié todo y salí del baño.

- Aneley necesita comer - Me dijó y se agachó a la altura de mi panza - ¿O no que sí?

- Aneley ya no quiere comer más, me hizo vomitar todo - Le dije. Él hizo cara de asco y se fue a seguir comiendo. - Comes más vos que yo y no engordas. Te odio.

Me senté en el sillón y estire las piernas. Estaba de ocho meses y la espalda me dolía muchisimo. Iñaki vino corriendo y se acostó en mis piernas, apoyando su cabeza en mi panza y jugando con un peluche.

- ¿Falta mucho para que nazca? - Preguntó.

- Un tiempito más cielito - Le contesté.

Y así eran mis días, con Tomás pendiente de que no levante un vaso por miedo a que me haga mal, con Iñaki abrazado a mi panza o peleando con su papá por quien pasaba más tiempo conmigo.

Después de dormir a Iñaki, me acosté. Me desperte incómoda, cuando me senté en la cama me di cuenta que estaba toda mojada.

- Amor ¿Qué carajo trajiste a la cama? - Preguntó Tomás moviendose.

- La bebé - Le respondí.

- ¿Otra vez tenes vómitos? - Dijo medio dormido, de repente se sentó - ¿Vomitaste la cama?

- ¡No, pelotudo! - Le grite - ¡Rompí fuente! ¡Va a nacer Aneley!

Tomás se levanto apurado y me ayudo a levantarme, levantó a Iñaki y lo vistió mientras yo hacía esfuerzos inhumanos por vestirme.

Por suerte, teniamos un bolso con ropa mía y de Aneley, el cual habia armado y desarmado unas 10 veces.

Llegamos a la clinica privada en donde Tomás habia insistido para que me atienda. Grité, habían empezado las contracciones y no era solo dolor, era miedo.

- Va a estar todo bien - Me dijo Tomás en cuanto un médico se acerco. Lo miré, él me dió un beso en la frente e Iñaki hizo lo mismo.

- Te quiero ma - Me dijo.

- Yo a vos hijo - Le dije mientras me ayudaban a sentarme en la silla de ruedas - Nos vemos a la salida.

- ¡Te amo! - Me grito Tomás, antes de perderlo en un pasillo.