XXXIV

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Romina.

Adriana se habia ido temprano al departamento, para llevar a dormir a Iñaki.

Así que despues de que se fueron todos, nos fuimos con Tomás.

- ¿Qué decias sobre coger en el auto? - Pregunto sonriendo.

Frenó el auto y yo me desabroche el cinturón. Me pase de su lado, sentandome arriba de él.

Lo besé. Él metió sus manos por abajo de mi vestido y rompió los costados de mi tanga.

- ¡Que tengas plata no quiere decir que puedas romper mi ropa! - Le dije pegándole en los hombros. Él se río y me besó.

Se bajo el pantalón junto con el boxer y se acomodó en mi entrada. Entró lentamente en mí, provocando un gemido de parte de ambos.

Me empeze a mover despacio, viendo como Tomás mordía su labio. Puso sus manos en mi cadera y empezó a moverse más rápido.

Sentí mi abdomen contraerse y su respiración volverse más pesada. Me besó con desesperación.

Llegué al orgasmo, seguida de él. Lo miré y me sonrió.

- ¿No era que no? - Me preguntó. Yo solo me reí y apoye mi cabeza en su hombro.

Me acomodé en mi asiento nuevamente mientras él se acomodaba la ropa.

Llegamos al departamento y fui a bañarme. Cuando salí, ya cambiada con una remera de Tomas, lo vi parado en el pasillo. Tenía cara de preocupación.

- Adriana e Iñaki nunca llegaron - Me dijo - Y no me contesta el teléfono.

- Tranquilo amor - Le respondí, aunque por dentro estaba muy preocupada - Seguro se quedaron en el hotel.

Él asintió. Fuimos a dormir. Ya eran las seis de la mañana.

Me desperté por el sonido de un celular. Mire el mío y no era, era el de Tomás.

- Amor - Lo moví un poco - Tu celular.

Él se movió todavía dormido y atendió.

- Sí, soy el hermano - Dijo. Se sentó de golpe en la cama - ¿Y el nene que iba con ella?

Tomás se levanto corriendo de la cama a buscar ropa mientras seguía con el teléfono pegado a la oreja. Me levante y me vestí con lo primero que encontré.

- Vamos para allá - Cortó y me miro, con los ojos llenos de lágrimas - Iñaki y Adriana tuvieron un accidente en el auto, estan en el hospital.

Salimos corriendo. Mientras ibamos en el auto yo terminaba de ponerme las zapatillas y una campera.

Cuando llegamos preguntamos en recepción y no nos dijeron nada. Tomás puteo a la enfermera y la amenazó. Llego un médico y preguntó que pasaba, Tomás pregunto Iñaki y Adriana.

- La señorita Campos está en terapia intensiva, pero fuera de peligro - Respondió el médico.

- ¿Y mi hijo? - Preguntó Tomás gritando.

- Esta muy grave - Sentí como si mi cuerpo no respondiera y las lágrimas empezaban a caer - No podemos asegurarle que sobreviva las proximas veinticuatro horas.

Escuche el grito de Tomás. Mi corazón y mi cabeza no lo soportaron. En un momento sentí mis piernas débiles y caí al suelo, perdiendo el conocimiento.

Madre sustituta ; c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora