XXI

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Romina.

Limpie las lagrimas que corrían por mi cara y baje del auto. Entre al departamento y me asuste. Habian cosas rotas por todos lados. Fuí hasta la pieza de Iñaki y no estaba. Seguí hasta la pieza de Tomás y ahi estaban los dos, Iñaki llorando en los brazos de su papá.

- ¿Qué paso? - Pregunte asustada.

Tomás me miró con odió, tanto que me dió miedo. Iñaki corrió y se abrazó a mis piernas.

- Mamá no nos dejes - Me sorprendió lo que dijo - Nosotros te vamos a extrañar.

Me agaché y lo abracé.

- ¿Qué decis mi vida? - Le pregunté, no entendía nada - Yo nunca los voy a dejar.

- Romina no le mientas más - Me dijo Tomás parándose de la cama - Ya sabemos que te vas.

- ¿Qué decís Tomás? ¿A donde me voy a ir? - Pregunte alzando a Iñaki que no dejaba de llorar - Para un poco.

- ¡Dame a Iñaki y andate ahora, no des más vueltas! - Me gritó.

Salí de su pieza con Iñaki en brazos. Nos encerramos en la pieza de él. Lo acoste en su cama.

- ¿Por qué me iría? - Le pregunte.

- Dice papá que encontraste otra família y que ahora nosotros vamos a estar sólos - Dijo abrazándose de nuevo a mí.

- Iñaki, mi cielo, yo los amo ¿Sabés? - Él asintió - Ustedes son mi familia. Porque yo lo siento asi. No los voy a dejar nunca.

Él se calmo y se quedo acostado. Salí de su pieza y volví a la de Tomás. Estaba tirado en la cama con la cara hundida en la almohada.

- ¿Por qué le inventaste eso a Iñaki? - Le pregunté - ¿Me vas a echar?

Tomás me miró con odio, como cuando llegue.

- Yo no invente nada - Me dijo - Alejo te vio hablando con un tipo y vos le dijiste que te ibas a ir con él.

- Ay no...

- Entonces tenía razón - Me sonrió falsamente - Sos una basura Romina, dejaste que mi hijo se encariñe con vos para despues cobrar tu primer sueldo e irte a la mierda. No hubieras dejado que te diga mamá. Lo único que te agradesco es que me hayas enseñado que él es lo mejor que me pudo pasar en la vida.

Para este momento yo ya estaba llorando. Habia tanto odio en su voz, en su forma de mirarme.

- Basta Tomás - Le pedí - No es lo que parece. Yo me voy a quedar con ustedes. Ustedes son mi familia.

- Deja de mentir - Se paró e intentó salir de la pieza, pero lo agarre del brazo.

- Yo te voy a explicar, te lo juro - Le dije - Pero creeme, no es la plata. Si desconfias de mí, no me pagues más. Pero yo me quedo con ustedes.

Madre sustituta ; c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora