Capítulo 7

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"¿Y Camila?" 

"Buenos días mamá." Respondió Lauren con sarcasmo mientras llegaba hasta la sala para sentarse a lado de su madre y darle un beso en la mejilla.

"Buenos días hija." Dijo la mujer con una pequeña sonrisa en su rostro. "¿Y Camila?" Volvió a preguntar. 

"Se está vistiendo. No debe tardar en bajar. ¿Qué tal lo pasaron ayer?" Preguntó para hacer plática también dirigiéndose a su padre que se hallaba en el otro sofá. 

"Y si yo te pregunto lo mismo... ¿Me vas a responder?" Contestó su padre moviendo sus cejas repetidas veces haciéndole saber a su hija por donde iba el sentido de su pregunta.

"Eso me gano por querer ser amable con ustedes." Se quejó Lauren no pudiendo evitar el sonrojo en sus mejillas. Estúpida piel blanca.

Clara y Michael soltaron una carcajada.

"Estuvimos bien, fuimos a comer al centro, paseamos un rato, fuimos al teatro... Por eso llegamos tarde. Queríamos darles tiempo, para que... Hicieran lo que tuvieran que hacer."

"Ya basta papá." Gruñó Lauren. Haciendo reír a sus padres una vez más. 

"¿Qué?" Preguntó Clara. "Es normal. Nosotros..."

"¡OH NO! ¡POR FAVOR!" Gritó la ojiverde interrumpiendo a su madre. "No necesito saber nada de lo que vas a decir mamá." Agregó tapándose los oídos. 

Las risas de los señores Jauregui se volvieron carcajadas. 

"¿Qué hay de gracioso?" Preguntó Camila con curiosidad al llegar a la sala. 

Lauren se destapó los oídos y sonrió al verla. Qué guapa era. 

"Nada, nada. Bueno días Camila." Saludó Michael.

"Buenos días Mike. Buenos días Clara." Devolvió la castaña. 

"¿Dormiste bien?" Preguntó Michael. 

"Como un bebé." Aseguró Camila. Y era verdad, haber estado en la piscina con Lauren la había dejado completamente cansada y relajada por lo que durmió toda la noche y lo disfrutó muchísimo. "Quiero café... Voy a preparar un poco ahora ¿Ustedes gustan?" Los señores Jauregui asintieron con la cabeza aceptando el ofrecimiento. "¿Tú quieres un poco, cariño?"

La repentina y dulce forma en que Camila la llamó, sacó a Lauren de balance por un instante. Notó como su corazón latió acelerado dentro de su pecho y luego se calmó. 

"Ah, si... Me encantaría. Gracias." Aceptó Lauren y entonces la castaña se dirigió a la cocina con las miradas de los tres Jauregui clavadas en su espalda. Bueno, la menor de ellos observaba un poco más abajo. 

"Deberías ir con ella." Dijo Clara. 

"¿Um?" Murmuró Lauren devolviendo su atención hacia su madre, quien rodó los ojos al notar que su hija no estaba poniéndole atención. 

"Que deberías ir con ella a ayudarla." Repitió Clara. 

"Y aprovechando que vas a la cocina, preparar el desayuno." Agregó Michael. "Me muero de hambre y mi estómago no es pequeño." 

"No padre, eso ya lo noté. Un par de kilos más y no pasas por la puerta." 

"Graciosa tu hija." Se quejó Michael con Clara mientras la mujer reía por lo bajo.

"Una por todas las que me debes papá." Se defendió Lauren poniéndose de pie. "Pero tienen razón. Iré con ella, les llamaré cuando la comida esté lista." 

"Que lo único caliente en la cocina sea la estufa, por favor. De verdad tengo hambre, no me hagas esperar." 

Mientras se marchaba, Lauren alcanzó a lanzarle un cojín de la sala en la cara a su padre, y huyó de ahí antes de que el hombre tomara represalias en su contra. 

Vendedora de Caricias - Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora