~narra poche~
Cuando dije esto calle me miro asombrada como si de verdad no sospechara nada.
—¿es en serio amor? Son demasiado obvios—calle solo se limitó a mirar el camino como pensando si de verdad era así
—quiero que mañana le hagamos una visita sorpresa —calle abrió su boca para protestar pero como la abrió la volvió a cerrar.
Ya tenía mi súper plan para descubrir todo, aunque todavía no entiendo porqué lo ocultaban.
Al llegar al restaurante fuimos a situarnos a unas mesas que estaba serca de la maravillosa vista que había en frente de nosotras, un chico Rubio, alto con ojos verdes y largas pestañas nos atendió.
—hola, mucho gusto mi nombre es Marcus y seré yo quien las atienda ¿que desean comer? — lo pensé por un momento y al final no me decidí.
—¿qué hay en el menu? —la voz de calle salió un poco arrogante lo que hizo que llamara mi atención.
—olvidé el menú, de verdad lo siento mucho estoy un poco distraído —voltee a mirar a calle que estaba concentrada en su celular para reprocharle porque le había hablado de esa forma a aquél hombre, pero antes de poder decir algo llego él con un menú disculpándose nuevamente y retirándose no sin antes tirarme una sonrisa pícara, aparte mi mirada de él para ponerla en calle que lo había mirado a él y después a mi pero no dijo ni una palabra, lo cual me puso un poco nerviosa.
—y... Amor, ¿qué vas a pedir?—sentí como voz salía un poco temblorosa por los nervios. No quería que mi novia pensara algo que no es.
—no lo sé—se limitó a responder muy cortante a mi parecer.
—mmm—me quedé pensando que pedir yo—pues yo quiero pasta—calle solo me miro con una ceja levantada, iba a contestarme pero llegó Marcus.
—¿ya saben qué pedirán las Bellas damas?—miro en mi dirección y yo solo me límite a bajar mi mirada a el menú
—comeré lo que pida mi acompañante—habló calle volviendo nuevamente su mirada al celular.
—yo quiero pasta con albóndigas—mire a calle para saber si de verdad comería lo mismo.
—perfecto, entonces que sean dos—calle seguía pegada a su celular, ya me estaba cansado, en cualquier momento se lo quitaría, se supone que solo somos ella y yo.
—y para acompañar la linda velada—habló esta vez el chico relamiendo su labio.
—champagne —dije sin pensarlo, aquel chico me miro con una ceja levantada. No me parecía mala idea, apesar de la hora.
—muy bien en seguida traigo sus ordenes—se alejó hacia la puerta de la cocina perdiéndose de vista.
Gire a mirar a calle la cual estaba muy concentrada tecleando su celular, eso me enfadó.
—calle ya para de estar en tu celular—le medio grite llamando su atención, cuando iba a responderme su celular sono indicado que tenía una llamada.
—permiso—dijo y se separó de la mesa para alejarse hablar un poco lejos de donde estábamos.
¿Acaso dijo “permiso"?¿con quién cree que estya? ¿Y por qué se apartó hablar? Muchas preguntas pasaban por mi cabeza, estaba enojada pero no le diré nada, no dañare el lindo momento junto a calle.
Regresó, se sentó en la mesa y por poco pensé que no diría nada.
—adivina que —dijo para mi sorpresa entusiasmada
—¿qué? —espere la respuesta pero primero me analizó con un poco confundida
—estuve hablando con Paula, y le pregunté si podíamos visitarla mañana, se puso muy nerviosa y se excusó diciendo que tenía que salir, esta saliendo perfecto el plan— ¿plan? ¿Qué plan?, al parecer calle notó que estaba Realmente confundida.
—en qute es lo que piensas que tú misma te olvidaste de TU plan—me miro con una ceja levantada examinando mis ojos como si ahí encontrará la respuesta. Me intimidaba.
—aaah, sí, lo siento amor, el hambre no me deja pensar—fue lo primero que cruzó por mi cabeza para no decirle que no quería que se enojara por pensar cosas que no eran—pero que bien que el plan salga como tenemos pensando solo falta aprender abrir puertas con un alambre —rosé mis manos malevolamente como en las películas, haciendo que calle suelte una carcajada, gracias a Dios no dijo nada por el mesero, y como si lo hubiera invocado llegó con nuestras órdenes.
—aquí estan las pastas, espero las disfruten—puso la pasta de calle y al poner el plato frente a mi dejó su numero al lado de este para marcharse con una sonrisa, casi me da un mini infarto, tome el papel sin que calle se diera cuenta y lo aventé hacia alguna parte del piso.
Después de comer fuimos a casa, estaba muy cansada al igual que calle así que dormiriamos el resto de tarde.
Al despertar no encontré a calle en ninguna parte, la busque en la Sala, el baño, la cocina y nada en definitiva no estaba en el apartamento. Decidí esperarla viendo una serie muy buena en Netflix con palomitas.
—hola amor—dijo calle cerrando la puerta detrás de ella con el pie, traía una gran sonrisa, al parecer ya no estaba de mal genio como al regresar a casa.
—hola gorda, ¿qué es el causante de esa sonrisa?— no respondió y solo se acostó al lado mío después de haberse cambiado.
—¿y a dónde fuiste?—tampoco respondió cuando me acerqué a verla estaba dormida, suspire cansada, ni crea que se va salvar de su buen regaño y espero me de una buena explicación de donde fue, después de un largo rato me dispuse a dormir, ya que cuando calle se durmió aún era muy temprano.
Al parecer mi amor estába bastante cansada porque durmió hasta el otro día, al despertar la vi aún durmiendo, me levanté, hice mis necesidades y me di un baño para después colocarme algo comodo.
—Buenos días amor—dijo calle sobandose los ojos con sus manos, ¡se veía tan tierna!
—Buenos dias bebé, ¿dormiste bien?—calle entendió a lo que me refería y miro la hora en su celular.
—wou dormí mucho tal vez tenía demasiado cansancio acumulado—levantó sus hombros en signo de que no le importaba
Se levantó al baño mientras yo trataba de hacer el desayuno, después salió de la habitación ya vestida y con el Cabello mojado, la hacía ver sexy. Desayunamos, ordenamos un poquito el apartamento y después de un rato sentí mi estómago rugir.
—¿amor? —alce un poco mi voz para descubrir el paradero de calle.
—¿hmm? —contestó en la cocina.
—amor tengo hambre—sentí su risa desde la cocina y después sus pasos acercándose a la habitación
—ya lo sabía amor—llegó con una bandeja con comida para las dos, al acercarse no pude evitar besarla es la mejor, que preparara el almuerzo me parece tan romantico.
—te amo—la mire a los ojos para después volverla a besar, amo sus besos, sus labios, todo de ella lo amo
—y yo a ti, no sé que sería de mi vida si tú no estás para iluminarla—nos quedamos abrazadas un momento y después almorzamos.
Le recordé a calle que teníamos un plan y nos dispusimos a vestirnos para la visita inesperada.
ESTÁS LEYENDO
MIL VECES TÚ ©(caché)
Chick-LitMe sentía realmente mal jamás, le había mentido a Poché de esa forma. Gotas de sudor caían por mi frente, sentía mi corazón ir a mil y la culpa recorrer todo de mi, correr casi 4 cuadras de alguna u otra forma me ayudaba en algo, tal vez que creía q...