por fin contigo

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Maratón 5/7

~narra valentina~

Los días pasan con la lentitud más enorme que puede existir, como cuando estabas en el colegio en esa hora de que más odiabas y las horas eran eternas.

Poché no da indicios de despertar y me preocupa su salud.

Desde el accidente todo es un caos, empezando por calle; lleva desaparecida una semana... Toda una semana y no tienen ninguna pista de ella. Todo fue tan repentino que ni nos dió tiempo de pensar en nada.

Mafe pidió permiso en su trabajo para estar más días en Colombia, ella ha repartido volantes por todas partes y ya habló con la policía para que encuentren a calle, pero la policía está de manos cruzadas porque no hay pistas concretas que los puedan ayudar. Fue como si calle se hubiera esfumado, ninguna cámara la captó, nadie la vió y no hay indicios de violencia en la habitación.

Hablando de mi familia, ellos también están devastados, mi padre cada noche viene a ver a poché y mi madre la cuida todos los días esperando alguna señal de que va a despertar, yo vengo después del colegio y también el fin de semana.

El otro día me saludó mafe, estába tan concentrada en mis pensamientos que no noté que estaba sentada a mi lado. Hablamos de muchas cosas y por fin, después de mucho tiempo, pude olvidarme de todo.

A veces intento pensar en cualquier otra cosa, ya sea las tareas que tengo pendientes o las conversaciones con mis amigas, así olvidarme de que poché está en coma, calle está desaparecida, mi mamá está a punto de caer en una depresión y mi papá volvió a beber.

Después de un tiempo de que la mamá de calle se despidiera, el doctor entró a la habitación de mi hermana, hizo la rutina como siempre, y después se fué. Normalmente no entro a hablar con poché, me da nostalgia verla tirada en una cama, sin ninguna señal de despertar.

Tomé el valor suficiente para pararme del sofá de la sala de espera e ir hacia su habitación. Allí se encontraba mi madre contándole el día tan ajetreado que había tenido.

—mami —sentía nervios de quedarme sola con poché en ese estado, pero en algún momento tenía que hablar con ella.

—¿qué pasó mi vida? —su tono como siempre dulce me dió la valentía para seguir.

—me dejas a solas con poché, Porfis— la cara de mi madre era todo un poema, claramente estába sorprendida .

—claro, así aprovecho para ir a tomar un café—se paró de la silla al lado de la camilla y pasó por mi lado tocandome el hombro como para darme fuerzas.

Después de que saliera cerré la puerta y me fuí a sentar al lado de poché en la silla que anteriormente estaba mi mamá. Tomé la mano de poché, estaba fría como si la hubiese metido en una hielera.

—¿sabés poché? Te extrañamos, puede que a veces seas una odiosa y que también una mandona, pero tus ocurrencias hacen falta en las aburridas conversaciones. El otro día estuve hablando con una señora que se sentó al lado mío en la silla de espera, hablamos por horas, ¡no creí que pudiera sostener una conversación con alguien tan intelectual! Me contó que su esposo estaba enfermo, que el doctor le dijo que ya era tiempo de que partiera, y me destrozó el corazón solo pensar que el doctor diga algo así, que nos diga que nunca despertaras y que tal vez ya no volvamos a escuchar tu risa. Duele no tenerte. Sé que mamá no te cuenta estas cosas pero... Ella tuvo una crisis anoche, peleó con papá y papá se fué azotando la puerta, ella quedó destrozada en un rincón de la habitación, jamás los había visto pelear, es como si fuéramos otra familia. Tengo miedo de quedar sola, de que dejes a mamá y papá solos, ¡de que dejes a calle sola! No puedes abandonarla, ella te ama y te está esperando, no puedes renunciar a lo que tienes aquí, no puedes abandonarnos. ¿Recuerdas la vez que fuimos de campamento? ¿Recuerdas que me defendiste de esa manada de chicas cobardes que querían golpearme? Pues quiero que pienses en eso, en que necesito que me protejas, no importa las veces que te haya dicho que no te necesitaba, porque es mentira— no soporté más y lloré sobre la camilla sosteniendo con fuerza la mano de mi hermana. Lloraba como no había llorado con todo lo que había pasado.

Tal vez estába evitando hablar con poché por esto mismo, porque todos los sentimientos que tenía en una caja fuerte se desatarían atacandome sin piedad, sin pudor alguno atacando mi corazón.

—seguiré siendo fuerte por ti, porque sé que volverás— en ese momento me acordé de calle, ¿qué pasará cuando poché despierte y pregunte por ella?

MIL VECES TÚ ©(caché) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora