el paquete 2

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Al regresar a casa Poche había salido con pau, agradecí por eso ya que me sentía muy mal y mi cara en esos momentos no era la mejor, después de ese día actué normal, como si nada hubiera pasado, como si nada atormentara mis dias, tenía la necesidad de no decirle nada a Poché para que no corriera ningún peligro, la amo y si le pasará algo a ella yo no me lo perdonaria.

Las cartas seguían llegando y mi temor agrandando, cada mes recibía una torturosa y rara carta, siempre los mismo declarando su inutil amor, y amenazas cada vez más grandes, había tratado de contarle antes a Poché pero siempre algo pasaba, pero un dia esta tan cansada de todo que estaba decidida a contarle sí o sí.

FLASHBACK

Me sentía de lo peor, la cartas como dijo aquella persona llegaban cada mes, cada dia me torturaba el hecho de que solamente yo sabía de aquella amenaza, ¿y si me hacia algo? Nadie sabría quien fue, ¿si me mataba o secuestraba? Todos crecerían que tal vez solo me fui, o no...

Me estaba cansando todo esto, me cansaba el hecho de ya no dormir por las noches al pensar que aquel torturador iría y me haría daño, o que me amenazaría con poche.

Me quedé mirando a mi amada mientras desayunaba, no había querido tocar mi desayuno, mi sistema no recibía ningún tipo de comida, ya estaba estresada, tenía que contarle a Poché, tenía que arriesgar todo.

—¿Amor, por qué no has tocado tu desayuno? —me preguntó sacándome de mis pensamientos—¿qué es lo que tienes últimamente? Siempre andas muy pensativa—su cara mostraba preocupacion sentía que era el momento, tenía que decirlo ya.

—Amor, lo que pasa es que... Ultimamente—el teléfono de la casa comenzó a sonar haciendo que pegara un brinco del susto.

—Yo contesto—habló poche mientras se paraba.

—¡No! —me miró con el seño fruncido—yo contesto, gorda, sigue comiendo—amortigué la situación.

Fui hasta el teléfono y contesté, sentía la mirada de Poché encima mío todo el tiempo.

—¿hola? —mi voz salió temblorosa, tosi para disimular mi miedo

—Muy buenos días señorita calle quería informale que como todos los meses ya llegó su paquete ¿desea bajar ya por él? —pregunto aquél hombre

—No, no, no, despues—no sabía cómo decir que no podía ahora,  poche seguía muy atenta a la conversión no tenía de otra más que responder grosera. Colgué el teléfono y gire a mirar a poche que estaba terminando su desayuno.

—¿Qué querían? —estaba neutra, por un momento creí que había descubierto todo, y eso era bueno y malo a la vez.
—Querían saber si queríamos limpieza—menti. Poché no volteó a verme así que me disculpé para retirarme.

Me fui a bañar y baje a recepción para el paquete que tenía que retirar, al pasar por la cocina poché no estaba ahí, no le preste mucha atencion y fui a retirar la carta que como simpre el mismo hombre me la entregaba.

Ya con la carta en mano fui al mismo parque de siempre, en el mismo árbol que resguardaba mis lágrimas, se había vuelto mi mejor amigo. Me senté en la sombra que daba las ramas y comencé a leer la carta rosa, lo que más resaltaba al abrirla era el lindo dibujo de un caballo, supuse que era otro más de esos recados, pero aún no se me venía nadie a la mente, aunque este caballo se me hacia muy familiar.

Calle, calle, calle, ¿sabes una ventaja de estar enamorado de ti? Es que te conozco como la palma de mi mano, puedo leer todos tus pensamientos, sé el motivo de todos tus gestos, sé lo que pretendes, ¿acaso se te olvida que te veo todo el tiempo? Estoy realmente enojado porque casi le cuentas nuestro pequeño secreto a tu noviecita de cuarta, no te había querido amenazar porque te has portado bien, pero no me dejas de otra. Se muy bien todo de ti, como también todo de Poché; con tan solo trocar mis dedos haría su mundo  desmoronarse, o tan simple como desaparecerla, no quiero otro inconveniente como este Daniela calle, no me hagas enojar y como soy buena gente te dejaré otro recado.

Con amor tu gran admirador.

Y lo que más temia, pasó. Me amenazó con lo que más quiero en la vida, con lo que realmente me hace sentir viva, aquella pequeña persona que alegra mis días con sus bobadas y que con tan solo mirarme hace flaquear mis piernas, con la persona que quiero pasar el resto de mis días...

Él ya había dejado otros “recados" Para que pudiera saber quién era mi gran enamorado, pero por más que le hechaba mente no podía decífrar quien podría ser, eso me frustrada y me colocaba de mal genio, aunque sólo pasaron 3 meses recibiendo las cartas sentía que no podía mas, y claro que pensé en contarselo a alguien, pero me ganaba el miedo y además ¿cómo podrían encontrarlo? ¿O luchar con él? No podían, porque nisiquiera yo sabía quien era.

Había aprendido a saber actuar en el día y llorar en silencio por la noche: trataba de actuar bien en el día para Poché, para no preocuparla, pero a como se escondía el sol sentía las inmensas ganas de llorar y estar sola. Me quedaba horas mirando la luna, contemplando tan magnífica cosa circular que alumbrada la fría y oscura noche, la cual empezaba amar, la luna se parecía a Poché, tan linda, iluminando mi vida, acompañadome donde vaya, y escuchando todo lo que digo sin protestar ni  juzgar.

¿Qué se supone que voy hacer ahora? No quisiera averiguar si de verdad es capaz de hacerle daño a mi poche.

FIN DEL FLASHBACK

Y ¿qué hice? Obedecer las ordenes que daba aquel hombre para poteger a Poché, no logré encontrar otra solución.

Ya despues me fui acostumbrando porque muy puntual llegaban cartas y ahora ya tenian una idea de quien podria ser.

Despues de la discusión con Poché en casa de sebas sentí que tenia que hacer algo mas por ella, porque yo me enojaba pero yo era la que le estaba mintiendo, asi que decidí hacerle una sorpresa. Ademas yo tambien necesitaba un descando de todo lo que me estaba pasando.

El dia que ya sabía que sorpresa darle a mi amor no me percaté que al llegar a casa tenia una enorme sonrisa, como era de esperarse Poché me preguntó por mi llegada tarde y por la tonta sonrisa que tenia, logré no responderle una pregunta y como estaba tan cansada al acostarme en la cama caí en un profundo sueño.

Había agradecido hacia mis adentro ya que poché no me habia preguntado de aquél día que me fui a comenzar la sorpresa que le tenia, pero como si leyera mis pensamientos preguntó donde me habia metido.

Me puse muy nerviosa y le dije lo primero que se me paso por la cabeza, obviamente no me creyó, ¿quién se va comer helado 2 horas?
Asi que pense en otra cosa.

—Ay, gorda, me encontré a Mario en el camino y me puse a platicar con él, eso fue todo— gire mis ojos para que se creyera que la situacion me estaba hartando aunque en realidad moria de nervios y ¿saben qué? Lo pero es que se la termino creyendo.

¿CÓMO ERA POSIBLE? si yo odiaba a Mario Ruiz, no lograría entablar una conversacion con el nisiquiera de 10 minutos, terminaría gritandole o quién sabe que otra cosa, pero sí, señoras y señores asi es mi novia.

Me giré para lavar los platos, me temblaban las manos, sentia la mirada de poche encima mío como si me respirara en la nuca, pero despues de un momento se retiró hacia la habiacion.

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Gracias por leer ♥️

MIL VECES TÚ ©(caché) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora