Capítulo 1

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Estoy sentada en la sala de espera de la clínica desde hace aproximadamente quince minutos, solo observo como enfermeras y médicos se pasean de un lado a otro; espero impaciente a que me llamen por la recepcionista. He llegado aquí muy temprano, apenas son las 11:30 am, a pesar de que mi check-in es después de mediodía. Mi cirugía dará inicio mañana por la tarde, como es un proceso largo, me citaron un día antes para prepararme y estar lista para la operación. Reynaldo, mi endocrinólogo me comentó ya el exhaustivo proceso que requiere mi reasignación para que la operación sea exitosa. Hoy por fin es el tan esperado día. Por fin, después de veinte años seré quien realmente quiero ser.

Si he esperado veinte años para este momento, entonces no me afectará esperar quince minutos más. Un chico está sentado a lado mío, jugando con su teléfono celular; me parece un poco desesperante ya que el juego emite un sonido odioso, aunque no me molesta al grado de alejarme. Después de notar mi incomodidad, el chico decide guardar su móvil y solo esperar sentado; entonces, para romper el hielo o tratar de sacarme ese sonidito odioso de la cabeza, decido hablarle.

—Entonces... ¿esperas tu turno o esperas a algún familiar?

—Eh, no, espero a mi madre que está en cirugía por un problema con su nariz. Bueno, realmente no es un problema, solo que ella lo veía así, ya que su nariz le disgustaba y decidió "reparársela" —. Flexiona los dedos haciendo comillas con la última palabra.

—Oh, ya veo, al menos no es un problema real y si a ella no le gusta, está bien la decisión que ha tomado, ¿no crees?

—Claro, tienes razón, pero yo siempre le he dicho que es bellísima tal y como esté.

—Me imagino, que lindo cumplido para ella —sonrío ante su comentario.

—Así es... pero bueno, ¿y tú?, ¿vienes a una cita o esperas a alguien?

—Yo vengo a una cita, hoy es mi cirugía, pero todavía falta un buen rato para que Rey, mi cirujano, me llame.

—Y, ¿qué vas a operarte tú? Si la verdad es que ya eres muy guapa, no creo que debas cambiarte algo —el chico se sonroja al mismo tiempo que me regala el cumplido. Ambos dejamos salir una risita nerviosa.

—¡Vaya! Qué lindo que pienses eso de mí, gracias —digo un poco apenada—. Bueno, mi cirugía es realmente una vanginoplastia. Si, voy a hacerme la reasignación de sexo —me adelanto ante su reacción...— Es la primera vez que lo digo así, sin rodeos. Me has inspirado confianza...

Entonces, la expresión en el rostro del chico se torna distinta, sin embargo, no es un gesto de rechazo, es una reacción amigable y desafortunadamente poco común.

—¡Wow! ¡Eso es genial!, me alegro que estés tomando una decisión tan valiente, la verdad es que nunca imaginé que no fueras mujer de nacimiento... —se detiene analizando sus palabras— o sea, me refiero a que... —su nerviosismo se hace evidente así que sonrío para que se relaje— Eres muy guapa, atractiva y claro, tienes una bonita sonrisa. ¡Te felicito de verdad! Prácticamente hoy renacerás, serás tú misma, completa.

La reacción de este chico me deja perpleja, pero emocionada. La mayoría de las personas no piensa de esa forma al ver a alguien como yo y mucho menos cuando les confieso que no soy una chica genéticamente. Acepto con todo agradecimiento su emoción, a pesar de que sus palabras hayan sonado un poco enredadas. El corazón me rebosa de alegría porque él intenta comprender mi situación sin juzgarme.

—¡Gracias! Me has hecho emocionarme demasiado, pero tendrás que felicitarme doblemente porque hoy es mi cumpleaños número 24 y esta cirugía está siendo mi auto regalo —digo de manera muy sonriente encogiendo los hombros.

Yo soy Alex (EN CORRECCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora