Capítulo 41

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Llegué a casa al fin. Mar y Sebas decidieron quedarse en la cafetería. Estar aquí sola me hace deprimirme…
Me acerco a la barra de la cocina y pongo mis codos encima, con la cabeza baja y mis manos en ella, comienzo a llorar desesperadamente. La imagen de Braulio cuando hacía de las suyas conmigo ronda en mi cabeza, no puedo dejar de recordar todo por lo que pase.
Me siento como si hubiese hecho algo importante, algo a lo que le invertí mucho tiempo, algo en lo que me esforcé y que de repente llegue alguien, lo tire al suelo, lo pisotee y te grite en la cara que no era así. De esa forma siento mi vida, como si todo este tiempo que he luchado para olvidar todo lo que me hizo daño, no ha valido la pena, porque al final solo bastó un par de segundos para que las cosas cambiaran.
...

Estos últimos días he estado evitando mucho a Lio, él en cambio insiste en que nos veamos, el tiempo pasa y las excusas se me acaban, digo lo mismo de siempre “Estoy cansada”, “saldré con Mar”, “tengo mucho trabajo”… Las excusas no son suficientes para que todo esto que siento por él, desaparezca. Sé que debo contarle la verdad o terminar con esto, él se merece una explicación pero no quiero hacerlo, no quiero saber cómo va a reaccionar, no lo quiero perder…

-Le he dicho a Sebas que no iré a la cafetería hoy, creí que te apetecería salir por ahí, a caminar.-Mar interrumpe mis pensamientos y me mira desde el marco de la puerta.

-No tengo ganas de nada, pero gracias.-digo sentada a la orilla de mi cama.

-Pero si no ha sido pregunta. Saldremos, ya va, es hora de que hablemos de esto Alex, no puedes ignorarlo cariño.

-No lo estoy ignorando Mariana, simplemente tengo miedo. Miedo de perderlo o de estar con él, no lo sé…-me pongo de pie y me dirijo a la puerta para salir de mi habitación. Mar me detiene y me mira a los ojos.

-Escapémonos un rato, también quiero hablar de otra cosa.-me da una mirada triste para después darme un abrazo.

Decidimos venir al Malecón, es un lugar muy tranquilo, casi no hay gente el día de hoy, está un poco nublado así que el sol no es molestia.
Nos sentamos pegadas al barandal mirando la laguna. Mirar y escuchar el sonido del agua me relaja. Es increíble como esta parte es solo una mínima cantidad de los millones de litros que existen en el mundo, aun así, es extenso, misterioso, pero bello.
La tranquilidad que siento cuando la brisa pega a mi rostro, es inigualable, es paz pura. Podría venir aquí a olvidarme de mis problemas pero sé que evitarlos no es la mejor solución.

-¿Piensas en él?-pregunta Mar mirando la laguna que está frente a nosotras.

-No, hasta ahora que lo mencionas.-digo sacando un cigarrillo de mi bolso.

-Es increíble, ¿no?-pregunta mientras le enciendo un cigarrillo a ella.

-¿El qué?

-Como ciertas personas pueden transformar tu mundo sin que ellos lo noten.-deja salir el humo por su nariz.-Y a veces para bien, otras para mal.

-¿Por quién lo dices?, ¿por Braulio?-pregunto con el cigarrillo entre mis dedos.

-Vale, no lo llames así, te hieres a ti misma cada que mencionas ese nombre, además tú me contaste que según para él, ese nombre ya no existía.

-Hay cosas que no se pueden cambiar y muchos menos olvidar por más que queramos o lo intentemos.-noto una mirada triste cuando he dicho lo último.

-Tienes razón…es peor no olvidar ciertas cosas.-da un suspiro profundo.

-¿Qué es lo que a ti te gustaría no recordar?-pregunto intrigada pero tranquila a la vez.

Mariana tarda unos cuantos segundos en responder. No sé qué pase por su mente pero he notado que mi pregunta la ha puesto nostálgica.

-Nada importante.-responde.

Nos damos una mirada triste, sabemos que ambas estamos mal por diferentes razones o personas. Sin decirnos nada nos damos un abrazo de lado y ambas soltamos un par de lágrimas para después irnos del lugar.
Pasar la mañana con Mariana me ha hecho bien, me encanta que se preocupe por mí aunque no me gusta ser molestia. Estar con ella me da tranquilidad, su compañía es amena, la vibra que transmite es de felicidad aun cuando ella no está del todo feliz. El día de hoy lucia muy serena, lo cual es un poco raro ya que usualmente está diciendo barbaridad y media, sin embargo hoy fue diferente…por cierto, de nuevo se ha cambiado el color de cabello, ahora lo trae verde, se le ve increíble.

Esta tarde, él, me ha llamado para que almorcemos juntos, acepté porque creo que es hora de verlo, al final no es justo que me esconda hasta que me decida a decirle la verdad.

"Hay cosas que no se pueden cambiar y muchos menos olvidar por más que queramos o lo intentemos."

Personas, situaciones, momentos, sentimientos... por más que queramos olvidarlos ahí seguiran, pero superarlos es decisión nuestra.

Amigosssssssss, doble actualización porque el capítulo anterior estaba muy muy corto y como sé que les gusta leer, pues dos de una vez🙊
¿Como estaaaan? Espero su semana vaya increible, la mia ha estado tranquila, pero no puedo negar que mis mañanas ultimamente han sido muy lindas🌸❤

Disfruten los capítulooos, gracias por leerme😍😍🙆🌸

Yo soy Alex (EN CORRECCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora