Capítulo 20.

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Me alejé hacia el taxi una vez que este frenó, luego de darle mi dirección, este se puso en marcha.

Cuando llegué a casa, dejé mi bolso en el perchero al lado de la puerta y me fui hasta mi cuarto, me cambié de ropa por algo más cómodo y busqué en que ocuparme, lo último que quería era pensar en todo lo que tuviera que ver con Uriel, las fotos en su cuarto y la pelea en el auto.
Comencé a ordenar y a limpiar un poco, ayer con todo el drama ni tiempo me dio.

Ya pasado el mediodía, almorcé algo ligero y me fui al sillón de la sala a leer un rato.

Estaba entretenida en lo que leía cuando mi móvil sonó haciendo que mi corazón comenzara a latir a toda velocidad.
Al tomarlo, en el identificador saltaba el nombre de Sam, un alivio salió involuntariamente. En ningún momento del día llegó siquiera un mensaje de él y creo que después de todo es lo mejor.

-¡Hola Vani! -Gritó mi amiga desde el otro lado de la linea provocando que tenga que alejar mi móvil de mi oreja.

-Hola Sam. -Saludo contenta. Hacía rato no tenía noticias de ella-¿Cómo has estado?

-¡Bien!, pero... ¿Por qué no lo compruebas tú misma?

-¿Qué? ¿De qué...? -no pude terminar la pregunta puesto que el timbre sonó.

-Aguarda un minuto, alguien llama a la puerta.

-Tranquila aquí espero.

Salí de mi cuarto y al abrir la puerta de entrada casi se me cae el teléfono de las manos de la impresión.

-¡Sam! -Grito ahora yo, corriendo a abrazarla.

-Hola Vani, ¿Cómo has estado?

-Bien, pero, ¿Qué haces aquí? ¿No estabas en Argentina?

-Si, pero allá son las vacaciones de invierno por dos semanas.

-Ven, pasa. -Digo haciéndome a un lado para que mi mejor amiga pasara.

-¿Y tú? ¿Cómo has estado? ¿Cómo está Jeremy? -él y Sam al principio no se toleraban, pero con el tiempo lograron aprender a llevarse bien.

-Tengo mucho que contarte, pero esperame en el jardín mientras preparo café, ya habrá tiempo para contarte todo lo que ha sucedido por aquí.

Una vez estuvo todo listo, fui al jardín en busca de Sam.

-Bien, cuentame, ¿Qué ha sido de la vida de mi mejor amiga?

-Bien, comencemos con que Jeremy y yo no estamos más juntos.

-¿Y eso? -preguntó confundida- Está bien que al principio no me caía bien, pero estaba claro que estaban hechos el uno para el otro. No entiendo.

-Es que... Mi madre...

-¿Qué sucede con ella? ¿Qué le pasó a tu madre? -pregunta alarmada.

-Ella enfermó. -Al escucharme decirlo su cara se transformó- Hace seis meses le diagnosticaron epoc.

-Dios santo Vanina, ¿Por qué no me avisaste? ¿Por qué no me mandaste un correo?

-No quería molestarte, estabas a miles de kilómetros de distancia y no podías venir a ayudarme.

-¿Qué dices? Somos mejores amigas, para eso estamos, para apoyarnos la una a la otra.

-Otra cosa, el señor Gregorio me despidió.

-¿Ese viejo baboso? ¿Qué pasó?

-No acepté ser su... -Me costaba decir la palabra "Amante", me hacía sentir descompuesta.

-Ya no hace falta que lo digas, ¿Y ahora? ¿Ya conseguiste algo? Si quieres pudo hablar con mis padres.

-No hace falta, ya conseguí trabajo.

-¿En dónde?

-En Alastor Incorporated. soy la secretaria de Uriel Alastor.

-No... Te pases Vanina, no te pases. -Sin dudas estaba atónita- Eso es... Eso es grandioso.

-¿Lo conoces? -pregunto atónita.

-Si, pues él y sus padres son amigos de mi familia.

Esta era mi oportunidad de conocer un poco más de él y de la mujer de las fotos.

-¿De casualidad sabes si está casado?

-Si, va en realidad estuvo casado.

-¿Que quieres decir?

-No se si deba hablar de esto, pero dado que eres como mi hermana lo haré. Resulta, que Alastor estuvo casado hasta hace seis años atrás con Gabriela Simon. No duraron mucho tiempo casados pues su esposa de un momento a otro enfermó y falleció, nunca se supo la causa y jamás contó una palabra de que fue en realidad lo que le pasó.

-La verdad es que ha sido un ángel, no sabes la ayuda que nos brindó a mí y a mi madre. Como será que pagó la estadía de mi madre en el Centro Saint George.

-¿Qué? Todo el mundo sabe que es el más caro de todo Manhattan.

-Si, él se ofreció a hacerlo.

-¿Así sin más?

-Si, no ha querido decirme por que lo ha hecho. Pero ahora creo saber por que lo hizo.

-Quizás sea por lo de su esposa.

-Quizás. -Respondo pensativa- ¿Y tú que hay de ti?

-Pues yo... Conocí a alguien.

-Eso es bueno. -Digo sonriendo. Era raro escucharla hablar así puesto que ella no creía mucho en las relaciones- ¿Que edad tiene?

-Veintiocho, él me hizo ver las cosas desde otra perspectiva.

-Que bueno que te des una oportunidad. Eso si, te hace daño y se las verá conmigo.

-Tranquila, ya lo conocerás.

-Espero. -Digo cual madre reprende a su hija.

Mi ángel.®✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora