Capítulo40.

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Uriel pov:

Mas tarde, junto con Vanina salimos rumbo al centro médico donde residía su madre, luego de pasar por casa para tomar los regalos que ella había comprado, nos pusimos en marcha.

-¡Hola mi niña! -Exclamó su madre al verla.

-Hola ma. -Respondió abrazándola- ¿Cómo has estado?

-Bien, hija, hola Uriel. -Dice saludándonos.

-Hola señora Smith. -Respondí con una sonrisa.

-Por favor llámame Dara -Pidió con una sonrisa coqueta cosa que nos hizo reir.

-Toma, te traje algo. -Soltó Vanina entregándole un paquete.

-¡Oh, gracias!

Mientras veía las fotos que había tomado, Vanina le contaba que habíamos hecho. El verle la sonrisa en sus labios o signos de sorpresa, hizo que me quedara satisfecho, cada cosa que su hija hacía para ella era con el objetivo de verla sonreír, que por lo menos un rato se olvidara de su enfermedad.

Luego de estar un rato los tres juntos, su madre se fue a descansar y nosotros nos fuimos.

Una vez en el estacionamiento, subimos al auto y me giré para verla.

-¿Qué tienes ganas de hacer? -pregunté mientras nos poníamos en marcha.

-Me gustará ir a la paya. -Dijo con una sonrisa.

-Muy bien, playa será.

Manejé durante un rato por las calles de Nueva York hasta que llegamos a la costa, una vez allí, descendimos y después de quitarnos el calzado, comenzamos a caminar por la arena.

-¿A donde estamos yendo? -preguntó al ver que nos acercábamos a un murallón apartado donde había un faro.

-Es un lugar muy especial para mí. -Respondí algo nervioso de su reacción cuando se enterara.

Al llegar a la punta, nos sentamos en una de las rocas de cara al mar. Allí permanecimos en silencio durante un rato mientras el viento nos despeinaba.

-Aquí solía venir con ella. -Dije con la vista perdida recordando las veces que Gabi y yo veníamos a pasar el rato- Aquí fue donde me entere que sería padre.

-Perdón Uriel, no fue mi intención traerte malos recuerdos, si quieres podemos ir para otro lado.

-¡Oh! No, no, no es eso. Ella fue alguien especial en mi vida. Cuando todo ocurrió, juré jamás volver a entregarle mi corazón a otra persona, tenía miedo de volver a perderla, pero desde que te conocí supe que debía dejar todo aquello atrás y avanzar.

-Es bueno que avances. -Dijo apoyando su mano sobre mi brazo el cual se encuentra apoyado en mi rodilla flexionada haciendo que la mirara- ¿Como terminaron casados? -preguntó algo timida- Si no quieres no tienes que responder.

-Pues, por una clausula que establecieron mi padre y el suyo para la unión de ambas empresas. Al principio como es sabido no queríamos saber nada, es más le pagamos a mi mejor amigo para que interviniera en la ceremonia, pero no resultó. Los primeros meses e incluidos dos años de nuestro matrimonio no nos podíamos ni siquiera ver a la cara sin discutir, con el tiempo eso dejó de ocurrir y nos convertimos en amigos hasta que sin darnos cuenta nos enamoramos, un buen día dijo que tenía que darme una noticia así que luego del trabajo vinimos aquí y fue cuando me dio la noticia de que ambos seríamos padres, ese fue el día más importante de toda mi existencia, compartiríamos algo que era de los dos. Los dos eramos felices juntos, pero eso cambió el día que sin previo aviso Gabriela rompió bolsa y entró en trabajo de parto, aún era pronto pues llevaba seis meses de embarazo, cuando la entraron en la sala debieron hacerle una cesárea de urgencia, tuve que firmar y sin pensarlo lo hice, pues ella y mi hijo eran lo más importante, pero al final, ninguno de los dos lo logró. Ella perdió mucha sangre y mi bebé era muy prematuro. Desde ese día me encerré en mi dolor, me concentré en el trabajo para no pensar. -Luego de decir eso, ambos nos suminos en un silencio hasta que volví a romperlo- ¿Sabes? Creo que Gabriela te mandó para que me de una nueva oportunidad. -Dije mirando hacía el horizonte rompiendo el contacto visual una vez más- El día que te conocí, venía de verla a ella, antes e incluso después de despedirme, estaba dispuesto a rendirme -volvi ha conectar mi mirada con la suya-, pero cuando pasé por el parque y te vi allí sentada en aquella banca llorando, algo se instaló dentro de mi, al principio no supe que era, después de dejarte en tu casa, le pedí a uno de mis contactos que me buscara información sobre ti, y no solo consiguió eso sino que también trajo una carpeta sobre tu ex novio. -Al decirlo, lo hice con una nota de enojo- Al leer ambas algo dentro de mí me dijo que debía estar a tu lado apoyándote.

-Gracias por todo lo que has hecho. -Dijo recostando su cabeza en mi hombro.

-Ya no estas sola. -Respondí tomándola de su mentón suavemente para luego apoderarme de sus labios en un besos sin nada de exigencia.

Mi ángel.®✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora