Las dos semanas siguientes pasaron lentas y Uriel y yo nos distanciamos del todo, solo manteniamos una relación meramente profecional. Lo veía en la oficina y lo acompañaba a las reuniones, salvo en momentos estrictamente necesarios, después la comunicación era nula. Lejos parecían quedar los primeros días en los que él estaba pendiente de mi, aunque aún los revivía mentalmente.
Al principio me fue difícil, que de ser casi amigos pasaramos a ser dos extraños, pero con el paso de los día aún costaba más verlo y tratarlo indiferente, más allá de que con él no pasó nada.
Por otro lado con Sam nos juntábamos casi todos los días e íbamos juntas a ver a mi madre y hoy no era la excepción.Ya era viernes. Hacía dos semanas que mi mejor amiga había llegado a la ciudad. Luego de salir de trabajar, ambas fuimos a ver a mi madre. Por suerte se recuperó y la pudieron volver a trasladar dar a sala, eso me dejaba un poco más tranquila, aunque Sara me mantenía al tanto de todo lo que sucedía, en cuanto a los gastos me hice responsable yo.
-Ya esta todo listo para la cena de despedida ya que mañana vuelvo a Argentina, se que no te hablas con Uriel, pero me gustaría que estés.
-Descuida, esté él o no iré igualmente.
-¡Gracias! -Gritó de emoción abrazándome- Solo faltan nuestros vestidos.
-Cierto. -Recordé.
Giramos en redondo y comenzamos a buscar algún vestido que sirviera para la cena, después de buscar tanto, en uno de los comercios encontramos los vestidos perfectos. El mio es de color blanco sencillo y el de Sam es color rojo.
-Más tarde te veo. -Me despedí de mi amiga.
-Está bien, pero no llegues tarde.
Llegué a la casa cargada con las bolsas de las compras. Apenas entré, corri hacia mi cuarto, dejé todo sobre la cama y comencé a prepararme para aquella noche, después de una ducha rápida me vestí.
Me puse el vestido y luego de maquillarme natural, me encargué de mi peinado armando un semirecogido. Si bien quería estar elegante, también quería lucir sexy sin desentonar con el resto de los invitados puesto que sabía que iría Uriel. Ya no soportaba verlo en la oficina y que nos tratáramos fríamente, extrañaba la relación que teniamos, si bien no sabía que era lo que provocaba en mí, extrañaba eso.
Luego de llamar un taxi, éste llegó provocando que mis nervios se multiplicaran, ya que sabía que faltaba menos para volverlo a ver.Luego de dar vueltas durante media hora llegué a la casa de los padres de Sam.
-Nombre señorita. -Pidió un hombre de seguridad.
-Vanina Smith.
-Pase. -Dijo haciéndose a un costado- Están en la terraza.
Camino hacia donde me indicó el guardia y la primera en recibirme fue la madre de mi mejor amiga.
-Vanina, que alegría verte. -Dijo la mujer tomándome en sus brazos como cuando era pequeña.
-Gracias Señora Brad.
-¿Qué te he dicho ya? -me reprendió conteniendo una sontisa.
-Gracias Thelma. -Respondo riendo.
-¿Cómo has estado? ¿Cómo está tu madre? -preguntó, ella y su esposo sabían lo que le había ocurrido a mi madre casi de inmediato, pues ellos fueron los que me recomendaron a Sara.
-Bien, ella está bien. -Respondo forzándome a sonreír.
-Le mandas saludos, por favor.
-Serán dados.
Después de saludar a los padres de mi mejor amiga, comencé a buscar con la vista a Uriel, pero este no daba señales de haber llegado aún, tomé una bocanada enorme de aire intentando calmar mis latidos.
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Mi ángel.®✔
Romance¿Qué pasaría si de un día para otro te quedas sin trabajo y tu estabilidad económica se ve afectada con un montón de deudas y con gastos médicos? ¿Aceptarías la ayuda de un ángel? ¿Serías capaz de afrontar la adversidad para ser feliz? Esta es mi hi...