Capítulo43.

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Maratón 1/3.

-Gracias por traerme. -Suelto mientras desabrocho mi cinturón.

-De nada, y... Perdón por el comentario de mi madre. -Dijo haciendo lo mismo y volteándose para verme directamente.

-No fue nada, es una buena mujer, solo... -Me freno intentando buscar las palabras y verlo directo a los ojos- ¿Es cierto lo que dijiste?

-¿Lo de no estar preparado para formar una familia?

-Si, se que es demasiado pronto para pensar es eso, pero debes saber que siempre soñé con casarme y formar mi familia, eso incluye los hijos.

-Mira Vanina, realmente desfruto de pasar tiempo contigo y como dijiste, es demasiado temprano para pensar en eso, esperemos que tiempo transcurra y dejemos que el tiempo decida que sucede ¿Si?

Al escucharlo hablar así sin rastro de ternura provocó un hoyo en mi estómago haciendo que miles de posibilidades se dispararan.

-De... De acuerdo. -Digo tragando con dificultad y forfanzdo una sonrisa- Que tengas una linda noche, nos vemos.

Luego de darle un fugaz beso salí del auto y me interné mi casa.

Después de quitarme el maquillaje, cambiarme el vestido por una camiseta larga que llegaba a mitad de mis muslos y poner la alarma, me acosté mirando el techo pensando en la conversación en la casa de los padres de Uriel y la que se produjo dentro del auto, ¿Realmente me importaba Uriel para hacer a un lado mis sueños de un esposo e hijos? ¿Aceptaría ser su "novia" eternamente? Esas y miles de preguntas más rondaron mi cabeza, hasta que al observar el reloj a mi lado mostrando que eran las tres y media de la madrugada, decidí arrojarlas al fondo de mi cerebro e intentar conciliar el sueño.

Un ruido molesto me quitó de mi sueño reparador, al prestarle atención me di cuenta de que era la alarma, luego de apagarla, me arrastré hasta el baño, abrí la canilla del agua y me metí en la ducha para terminar de despertarme.

Una vez que me despojé de los resto de cansancio de mi cuerpo, me vestí y fui rumbo a la cocina a preparar mi amado café para comenzar a repasar la agenda de hoy, que por lo visto estaba plagada de reuniones.

El timbre sonó mientras me terminaba de arreglar.

Al abrirla puerta me encontré con el causante de que mi cabeza ayer fuera un torbellino, él verlo provocó que esa sensación de tener un hoyo en el estomago volviera. Sin duda me sentía confundida con todo lo que había ocurrido en menos de doce horas.

-Hola pequeña. -Dijo tomándome de la cintura con ambas manos y acercándome a él para plantar sus labios firmes en los míos.

-Hola Uri, termino y vamos. -Dije sonriendo nerviosa apartándome de él para tomar mis cosas y volver a la entrada.

-¿Estás bien? -preguntó analizando mi rostro a la perfección.

-Si, si, es solo que no he dormido bien. -Dije mostrando una sonrisa amplía.

-De acuerdo, vamos.

Luego de subirnos al auto, Uriel arrancó perdiéndonos en la enorme ciudad hacia la primer reunión.

Al llegar a la corporativa Burton, la cual consistía en una cadena que se dedicaba a la hotelería, Uriel y yo descendimos del auto, pues la idea del dueño era ser uno de los inversionistas.

Al llegar a la recepción nos anunciamos y la joven aparentemente inmune a los encantos de Uriel nos guió hasta la sala de juntas.
Al entrar, todas mis alarmas se encendieron, provocando que me detuviera en seco y Uriel chocara detrás de mí.

-Por lo visto aún sigues con mi ex secretaria. -Dijo mirándome tan directamente que me hizo sentir desnuda.

-Gregorio. -Soltó Uriel tomándome de la cintura haciendo que quedara detrás de él- ¿Qué haces aquí?

-Vine por asuntos de negocios que tí no te incumben. -Escupió.

-Aquí tiene señor... -Se frenó de golpe Jeremy al vernos a Uriel y a mi juntos provocando de arrugara el seño- Vanina, señor Alastor ¿Que hacen aquí?

-Si nos disculpan, debemos atender unos asuntos. -Escupió Uriel y tomando mi mano caminó al fondo de aquella sala conmigo a la rastra.

Mi ángel.®✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora