Capítulo61.

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A la mañana siguiente, me levanté y me escabullí hacia mi cuarto, tomé algo de ropa y volví al cuarto de Uriel.

Él aún se encontraba dormido de espalda, dejando a la vista sus músculos que eran la tentación de cualquier mujer, que por suerte yo sola tendría el privilegio de tocar.

Aparté la vista y entré en el baño, dejé la ropa en uno banco contra la pared y luego de deshaserme del camisón y mi ropa interior me miré en el enorme espejo, había recuperado mi peso, si bien seguía siendo delgada, ya no se me notaban los huesos.

-¿Pequeña? -Sonó la voz de Uriel, llamándome desde el cuarto.

-Estoy en el baño por entrarme a bañar. -Respondí alejándome del espejo y abriendo la llave del agua para que comenzara a correr el agua caliente.

-¿Quieres que te ayude? -Su voz sonó ronca, quizás por que recién se levantaba.

-Uriel... Yo...

-Tranquila, solo jugaba. -Respondió a lo que yo de pronto me sentí una tonta.

-Uriel. -Llamo sintiéndome nerviosa por lo que estaba a punto de hacer.

-Dime cariño.

-Entra por favor. -Suplico, de pronto sentía la ansiedad de estar con él.

-Mmm de acuerdo.

Me metí en la ducha justo cuando la puerta se abría.

-Ca... Cariño. -Soltó al percatarse de la escena.

-¿Vienes? -Dije.

-S... Si. -Respondió aún atónito.

Entrando en el mismo espacio que yo, tomó la esponja, el jabón y comenzó a pasarla por mi espalda.

-¿Por que haces esto pequeña? -preguntó dudoso Uriel- Creí que habías dicho necesitar tiempo.

-Si, se lo que dije, pero me di cuenta de que no quiero estar más lejos de ti.

-¿Eso significa que no huiras más de mi?

-Eso mismo.

Una vez. terminé de lavar mi cabello, me giré totalmente desnuda quedando de frente, tomé ambas cosas de sus manos y luego de cambiar de lugar, comencé a enjabonarlo a él.

Mientras me sumergía en la tarea, podía sentir como mi corazón latía a todo vapor. Era la primera vez que hacía algo así, si bien tenía ganas de salir corriendo y ocultarme en el primer pozo que encontrara, me obligué a seguir con lo que estaba haciendo.
Sin decir una palabra, Uriel se giró, dejando al descubierto su esplendoroso cuerpo, por algún motivo se me secó la boca y mi respiración se agitó. Tuve que hacer un esfuerzo monumental para no recorrer con la vista más al sur, al pensar en ello sentí como mis mejillas se teñían de rojo intenso.

-Cariño. -Pude sentir que su voz era algo ronca, lo que me provocó un infarto cerebral momentáneo.

Cómo si una fuerza me arrastrara hacia él, me acerqué pegando mi cuerpo al de él y sin decir nada lo besé. Al principio, fue un intento de roses de labios, pero en cuestión de segundos se transformó en uno lleno de ansiedad.

-Cariño. -Soltó interrumpiendo el beso- Detente, no creo...

-Por favor... -Supliqué.

-Pero... -Intentó razonar, por lo que me detuve y le presté atención.

-¿No quieres no? Es por todo lo que sucedió ¿Cierto? -pregunto angustiada, de pronto me sentía nuevamente sucia- Que tonta, lo siento, yo... Yo debí suponer que no querrías estar conmigo después de todo lo que pasó, y tienes razón, es entendible, nadie quere algo que está dañado.

-Pequeña. -Dijo posando sus manos en mis hombros- Ven, vamos a secarnos y cambiarnos, debemos hablar tu y yo y este no es un buen lugar.

Asintiendo en silencio, salimos. Luego de envolverme en la toalla, tomé mis cosas y me fui a mi cuarto a cambiarme, pues en este momento me sentía la mujer más estúpida y sucia del país.

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Hola gente bella, después de unos días pachucha en los que estuve recuperándome volví, espero les guste los capítulos de hoy, no se oviden de dejarme su 🌟 que es de mucha ayuda.

Mi ángel.®✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora