Capítulo 7.

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Era raro estar en casa y no escuchar el ruido del monitor de mi madre.

Luego de preparar algo de ropa, me entré a duchar y al terminar me vestí directamente para acostarme, había sido un día muy largo, me tiré en mi cama para descansar, pero en vez de eso, comencé a pensar en Uriel, comencé a pensar en el causante de que mi vida diera un giro de ciento ochenta grados.

Me despierto con la alarma, me levanto y a tientas prendo la luz de mi habitación. Busco que ponerme y comienzo a vestirme.

Mientras preparo mi café, le mando un mensaje a Sara para ver como pasó la primera noche mi madre, ya que ayer me fui luego de cenáramos juntas. A los pocos minutos me respondió y por lo visto no había tenido inconvenientes.

Me siento a tomar mi desayuno mientras pienso en la persona que por poco me causa insomnio, el timbre suena sacándome de mis pensamientos. Al abrir la puerta, me quedo estática.

-Uriel. -Digo sorprendida.

-Hola Vanina, ¿Puedo pasar?

-Si, claro. -Me hago a un costado y una vez que entra cierro la puerta detrás de mí -¿Por qué? -pregunto automáticamente.

-¿Por qué qué?

-¿Por qué te tomaste la libertad de buscarle una vacante a mi madre en el centro más caro de todo Manhattan?

-Por que quise. -Respondió sin prestar mucha atención.

-Debiste consultarme.

-No lo hice por que sabía que no lo aceptarías.

-Como sea, gracias. Realmente no sé por que lo hiciste, pero significa mucho para mí. -Sin pensarlo, me acerco a él y luego de ponerme en puntas de pie (por que me saca una cabeza) le doy un beso en la mejilla a modo de agradecimiento, pero al instante me arrepiento- Pe... Perdón, no debí hacerlo.

Podía sentir como mis mejillas se calentaban, podía sentir el tacto de su mejilla en mis labios y eso provocaban que me hormiguearan, ni con Jeremy me había ocurrido eso. Uriel por su parte aclaró su garganta, por lo visto lo tomé desprevenido.

-Si, como sea, ¿Vamos yendo? -preguntó dando la impresión de no haber sido afectado.

-Si, vamos. -Digo evitando verlo a los ojos.

Toda la mañana se nos fue en una reunión, cuando salimos de la sala de juntas ya era prácticamente la hora de almorzar. Mientras trabajaba sobre unos documentos, mi móvil se iluminó. Al tomarlo era una llamada entrante de... ¡¿Jeremy?!

-Jeremy. -Digo tragando grueso, de pronto mi corazón se aceleró, hacía meses que no hablábamos.

-Hola Princesa. -Dijo alegre.

-¿Q.. Qué haces llamándome? -pregunto algo nerviosa.

-Llamaba para saber de ti, que es de tu vida. -Dice desde el otro lado.

-Pues... -No me dejó terminar ya que me interrumpió.

-¿Por qué no almorzamos juntos y me lo cuentas en persona? -verlo, lo medité un segundo ¿que perdía con verlo?

-De acuerdo. -Accedo y de pronto recordé lo que dijo mi madre- Salgo en una hora a mi descanso.

-Está bien, pasame la dirección después.

Corté y se la envíe por mensaje.

Intenté volver a concentrarme cuando Beti me llamó.

-Vanina, Uriel te llama a su oficina pide los documentos sobre el proyecto Thompson.

Me levanto de mi asiento y camino hacia allí, golpeé y esperé a que me dieran permiso de entrar.

-Toma Uriel, aquí están los documentos que pediste. -Digo extendiéndoselos. Desde que entré evité mirarlo a los ojos, desde que sucedió lo del beso que no me atrevo a hacerlo.

-Vanina. -Me llamó la atención- Vanina, mirame a los ojos.

Sin otro remedio lo hago y al observarlo su semblante está sereno, sin rastro de molestia cosa que me relaja un poco.

-Así está mejor. ¿Ya almorzaste?

-No aún no, Beti se acaba de ir y yo... -Estoy indecisa entre si decirle o no que salgo a almorzar con Jeremy- Yo salgo en una hora, he quedado con un amigo en almorzar juntos.

-¿Amigo? -pregunta arqueando una ceja, no se por que sentía esa necesidad de explicarle.

-Si, hace un momento me llamó un amigo para conversar un rato ya que hace meses que no hablamos.

-De acuerdo. -Respondió... ¿Molesto? No entiendo que le pasa en un momento está sereno y al instante se molesta- Eso es todo, te puedes retirar.

Mi ángel.®✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora