Capítulo57.

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Vanina pov:

-¿Cómo es que eres tan dulce aún sabiendo que estoy siendo cruel contigo? -pregunté entre lágrimas incontenibles, por dentro podía sentir como me rompía un poco más.

-Pues por que te amo Vanina. Por que te amo es que quiero afrontar esto contigo, nadie va a lograr que me aparte de ti, nunca más. Ya te perdí seis meses y solo Dios sabe cuanto tiempo más tardes el volver a ser la de antes. Solo no me dejes, no me apartes de ti.

-Yo... -Intenté ser fuerte, pero la voz me traicionó y comencé a llorar- Yo quisiera saber lo que es amar sin limites como lo haces tú conmigo, pero en estos momentos estoy rota por dentro, necesito reunir las piezas y comenzar a reconstruirme de nuevo.

Sin esperar respuesta alguna, me levanté de mi sitio y salí del cuarto para entrar en el mío. Tomé mi valija sin desarmar y le mandé un mensaje a Sam.

-Bien. Dime por que huiste de Uriel. -Soltó Sam media hora después cuando nos encontrábamos en su cuarto.

-Por que no puedo estar en el mismo lugar que él, no sabiendo que me ama y lo único que logro con mi actitud es lastimarlo. No se lo merece. Él es un ángel, mi ángel y no quiero lastimarlo con mis demonios.

Estábamos en un silencio reflexivo cuando su móvil comenzó a sonar.

-Es él. - Dijo levantando la vista hasta donde estaba yo para luego atender- Hola Uriel.

-...

-Si, ella está aquí conmigo. -Respondió mirándome de mala gana.

-...

-De acuerdo. Adiós.

Luego de cortar, se sentó a mi lado.

-Entiendo tu punto, pero eres mala también, el pobre está destruido.

-Lo sé. -Dije tristemente- yo igual, creeme, pero se que al final va a valer la pena.

-No te tardes, odio verlos así de mal a ambos.

Las semanas y meses pasaban, las sesiones avanzaban lentas, había logrado aceptar que todo lo ocurrido no había sido  culpa mía sino de un tipo con la mente retorcida.

En cuanto a Gregorio y Jeremy, ambos se encontraban tras las rejas esperando el juicio ya que a mi denuncia se sumaron varias más por acoso.

Con Uriel, ya casi no hablábamos, lo extrañaba horrores, pero sabía que era mejor así, aún no me sentía lo bastante segura de que pudiese volver a entablar una relación estable con él ni con nadie. Solo hablábamos lo mínimo e indispensable, trabajaba desde la casa de Sam, pues aún me costaba salir de casa sin sentirme asechada aún sabiendo que ninguno de los dos podía hacerme daño.

-¿Qué harás para tu cumpleaños? -preguntó Sam animadamente.

-No creo que haga nada, la persona más importante en mi vida no está y no le veo el sentido. -Dije algo triste, pues desde que mi madre no estaba le había perdido el sentido a las fiestas.

-Está bien, pero no creas que no tendrás un pastel de vainilla y chocolate.

-Ay Sam, nunca te rindes ¿No?

-Jamás.

Una semana después, me encontraba en mi cuarto preparándose para salir con Sam al cine por mi cumpleaños.

-¡Vamos! -Gritó mi mejor amiga desde la puerta.

-Ya estoy. -Dije acercándome a su lado.

En el camino, fuimos haciendo un concierto de Ed Sheeran y cuando quisimos acordar habríamos llegado a nuestro destino.

Luego de pagar las entradas y comprar palomitas entramos a ver la función, la cual en todo momento me hizo pensar en Uriel, estos últimos días por algún motivo lo extrañaba más que todos estos meses.

-Odio las películas de vampiros. -Soltó Sam.

-No se tú, pero yo me enamoré del actor principal. -Dije riendo ante la cara de espanto de mi mejor amiga mientras entrábamos al interior de la oscura sala de estar de su casa- Que raro que está todo oscuro.

-De seguro que se cortó la luz. -Respondió mi amiga- Deja y reviso la llave.

Mi ángel.®✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora