i'm not her || hopemin || {EDITÁNDOSE}

c h a p i t r e ; d i e c i s é i s | e d i t a d o

Ese desayuno que Jimin había ordenado se convirtió en besos fugaces hasta que ambos se quedaron totalmente dormidos. Jimin abrió los ojos primeros, percatándose que el sol estaba en su punto. Se volteó viendo el cuerpo de Hoseok aun tumbado y durmiendo muy pegado a él. La situación le traía muchísimos recuerdos y él mentiría si dijese que no amaba estar así. El sentir la respiración tranquila y sentirlo a él cerca lograba que su corazón pensara que él jamás lo había perdido. Sin embargo, ¿Cómo pierdes algo que jamás fue parte de ti?

Se puso a pensar en la propuesta. Cualquiera le diría que está loco, sin embargo, decidió ser egoísta. Él quería pasar ese poco tiempo con él. Sin ataduras, sin remordimientos. Quería permitirse un momento de felicidad con la persona que significó tanto para él. Quería volver a sentir esa euforia en su cuerpo, aunque fuese unos días y luego todo lo ocurrido en aquella isla, quedase sellado por la eternidad. Jihyun no existirá más. Ni lo que está creciendo dentro de él tampoco.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió a alguien removerse y repartir besos por su abdomen. Sintió cosquillas y le propicio un golpe en su hombro.

—Basta —dijo con una sonrisa en su rostro que fue devuelta con un mordisco cerca de su ombligo que hizo que se exaltara—. ¡Oye!

—Buenos días, Park —soltó con voz ronca.

—Buenos días, Jung —le respondió con un gesto amable—. ¿Podrías quitarte?

Como lo supuso, cometió la acción opuesta, sólo se quedó allí, aferrándose más como un niño pequeño a las sabanas y a su cuerpo.

—¿Qué quieres hacer hoy? —preguntó—. Tengo una lista de cosas por hacer. Dejé al resto del personal trabajando en la boda  y así tendremos tiempo para nosotros —dijo con rapidez y emoción, algo que agobió a Jimin.

—¿Para qué me preguntas si ya tienes todo un protocolo? —cuestionó acariciando su cabello de manera brusca, pero con un toque tierno al mismo tiempo—. Hagamos lo que gustes, pero quiero opinar también.

Hoseok le miró y asintió sonriente. Se quedaron unos segundos así, en la tranquilidad de la habitación mientras acariciaba y enredaba sus hebras entre sus dígitos.

—¿Qué demonios? —preguntó con voz ahogada cuando volvió a sentir aquel deslizamiento húmedo y cortos besos en el lugar de su tatuaje.

Se repitió varias veces. Logrando que el contrario se estremeciera ante los toques ajenos.

—Park —dijo el mayor con una sonrisa ladina en su rostro, lleno de perversidad.

Jimin se sumió ante los besos que recibía del contrario cerca de su ingle. Se dejo sumir ante los dulces cerezos. Sus palmas pasaron a los hombros de Hoseok mientras este subía poco a poco por su abdomen marcado hasta la división de sus pectorales. Ahí, en ese preciso lugar, dejo marcado con sus labios. Por otro lado, Jimin soltaban pequeños suspiros. Las sensaciones que recorrían por cada centímetro de su cuerpo le causaron leves cosquilleos que lograron hacerle sonreír.