E X T R A #1: Comienzos.

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Nunca fue creyente de las segundas oportunidades

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Nunca fue creyente de las segundas oportunidades. Siempre pensó que la vida te quitaba lo que quisiese y mucho más rápido si no luchabas por ello. Oportunidad que se le presentaba, la tomaba enseguida. Por ello, todos esos años creyó que hacía un bien en mantener a él hombre correcto a su lado. Tuvo en mente que el daño que hizo había valido la pena y que allí se cerraba aquel ciclo. No había que pedir perdón por querer las cosas para su propio bien. Empero, eso cambió cuando notó que el perdón había alivianado la pesadez que en su alma residía.

Quizá, antes hubiese pensado que era tarde y que no había forma de arreglar el pasado. Una niña que fue lastimada por la persona más importante en su vida. Una adolescente que quería ser digna y mejor en todos los sentidos. Una mujer que quería demostrar que sí logró todo lo que se propuso. Una mujer que cayó duro en su propia realidad cuando notó que había sido igual o peor. Una mujer que se puso a prueba ante ella misma.

Supo que sería difícil, pero ella no cambiaría solo por ella. Ahora tenía un motivo más y tenía que luchar por ello.

Habían pasado unos cuantos meses. Se había alejado de su rutina, de todos y todo aquello que no le permitiese reflexionar. Su embarazo había evolucionado, al principio le tomó por sorpresa, jamás pensó en tener hijos tan pronto. Sintió miedo y pánico. No creía ser suficiente. Empero, algo cambió cuando atisbó por primera vez la imagen del monitor y escuchó los latidos de su hijo.

Todo era nuevo para ella y había disfrutado cada una de las etapas de su embarazo, leyendo libros, comprando cosas que a simple vista le parecían tiernos y sin duda alguna, sentir la danza que su pequeño lograba enseñarles todas las noches permitiendo que no durmiese del todo cómoda, pero aun así sentía esa sensación de tranquilidad y felicidad. Solo era el comienzo.

~

Aquel día el sol estaba en su totalidad y lleno de esplendor. El viento se deslizaba y chocaba con las hojas de los árboles transmitiendo un sonido suave al ambiente.

La cafetería era acogedora y tranquila, un tanto alejada del tráfico viviente de la ciudad. Aquel lugar se había vuelto su favorito. Preparaban el mejor pastel de frutas de toda la zona y contaba con la disponibilidad de los antojos de su bebé.

Con un libro en mano esperaba de forma tranquila.

Tomando un pedazo de pastel terminó el capítulo que había empezado la noche anterior, pero su concentración se vio perdida cuando notó una efigie delante suyo.

Una mujer cuyo cabello se veía sedoso. Los rayos del sol que se filtraban por la sombrilla resaltaban su color castaño oscuro que había heredado. Yseul siempre pensó que no había nadie más hermosa y elegante que su mamá. Sus ropas siempre eran de tonalidades cremosas que lograban que su piel pálida resaltase entre los demás.

Sus ojos estaban cubiertos por lentes que rápidamente quito y allí se encontró con el reflejo de su mirada. Hace mucho no veía los ojos de su mamá, algo tan pequeño, pero que lograba que su piel se erizase. Intentó controlar las reacciones de su cuerpo y corazón.

i'm not her || hopemin || {EDITÁNDOSE} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora