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¡ADVERTENCIA!

El capítulo contiene contenido sensible.

La última vez que Jimin sintió plenitud en todo su esplendor, era cuando bailaba frente a un espejo en aquel viejo estudio

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La última vez que Jimin sintió plenitud en todo su esplendor, era cuando bailaba frente a un espejo en aquel viejo estudio. Los movimientos de sus números era lo que mantenía su mente en una paz interna, lejos de la realidad, lejos de aquello que le mortificaba en algún momento. Sus movimientos, la forma en que el ritmo hacia compás con cada uno de ellos, logrando una pieza magistral.

Era mágico. Para Jimin no había cosa más relajante que el sentirse pleno en la soledad y el baile. Sin embargo, eso había cambiado. No supo en qué momento, pero lo sabía. Y, sabía que sería difícil escapar.

Había cambiado en el momento que la persona que se encontraba en frente lo acariciaba. Todo había cambiado cuando de soledad, su vida pasó a tontear y pasar miles de momentos felices en un estudio abandonado recibiendo cosquillas. Había cambiado en el momento que conoció los dulces besos de aquella persona que le robaba el aliento. En el momento, en el que no había mejor lugar que no fuese alrededor de sus fornidos brazos y escuchar el don del sarcasmo de sus finos cerezos. No había mejor lugar que sentirse aprisionado en un océano de lo prohibido con la persona que hacía que su corazón palpitara cada vez de forma aleatoria.

En aquella bahía, el acto íntimo había crecido a un lleno de fervor y con desespero notable. Ante el sonido del mar que hacían las olas en la oscuridad de la noche, el calor de sus cuerpos incrementaba con el alcohol que quemaba cada gota de sus raciocinios. De forma inconsciente, las manos del mayor se acomodaron debajo de la camisa blanca teniendo tacto con aterciopelada piel de Jimin.

Las yemas de los dedos de Hoseok eran fríos y provocaban miles de sensaciones ocultas en su interior. La manera en que deslizaban de arriba hacia abajo, provocando que Jimin se estremeciera durante el beso.

—Jung... —susurró apenas el aire podría entrar por su cavidad pulmonar.

Su susurro fue callado nuevamente con un beso. Las pulsiones hablaban por sí solas. Ninguno de los dos se encontraba en sus cincos sentidos, se encontraban en sus verdaderos sentires el uno hacia el otro.

—Debemos irnos... —volvió a jadear el más bajo mirando con las irises oscuras y penetrantes al mayor.

 —volvió a jadear el más bajo mirando con las irises oscuras y penetrantes al mayor

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i'm not her || hopemin || {EDITÁNDOSE} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora