c h a p i t r e ; t r e s | e d i t a d o

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La mayor parte del viaje hacia el hotel, él estuvo callado y con la mirada perdida

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La mayor parte del viaje hacia el hotel, él estuvo callado y con la mirada perdida. Su cuerpo y mente era un desastre de inestabilidad silenciosa. Sentía miles de sensaciones recorriendo su cuerpo, un desastre de emociones que lograrían colapsarlo una vez se encontrase en completa soledad. No se percató cuando el auto se detuvo y Namjoon lo esperaba con un paraguas fuera del automóvil. Él último tuvo que tocar su hombro para que el menor saliera de su ensoñación y saliese del auto.

Al llegar al piso donde se ubicaba la habitación, ninguno había dicho nada. Namjoon no quería incomodarlo con preguntas, era muy noche, pero la curiosidad recorría por su cabeza. Por otro lado, Jimin tenía un lío en la suya. Al dejarlo justo delante de la puerta, el contrario se despidió con una sonrisa tenue, pero cuando se iba a girar una voz lo detuvo.

—Namjoon —llamó Jimin—. Sé que esto podría sonar algo apresurado, pero no me siento bien —dijo con la mirada gacha—. ¿Podrías quedarte a comer conmigo? —interpeló tímido—. En Japón suelo comer con alguien, pero si no quieres está bien —dijo con dificultad—. Es que, no quiero estar solo.

Jimin con esas palabras se percató cuanto extrañaba a Yoongi. Quería volver y sentirse protegido en sus brazos en aquellos momentos.

—No creo que sea prudente —dijo Namjoon cohibido—, pero me encuentro fuera de mis horas laborales, así que cambiar la rutina un poco no estaría mal.

Jimin mostró una sonrisa alivianada, rápido dio una reverencia en forma de agradecimiento. Con agilidad, entró al departamento dejando sus cosas en el recibidor.

—¿Tienes algún gusto en particular? —mencionó Jimin mientras quitaba los botones de la muñeca que decoraban su camisa.

Namjoon estaba posado aún en el marco de la puerta observando cada detalle de la habitación de hotel nuevamente, hasta que la voz ajena lo interrumpió.

—No, pero si me permites algún consejo, conozco un lugar que vende la mejor comida tailandesa en toda Corea —le dijo y Jimin asintió con una leve sonrisa.

—Me encanta la comida tailandesa, dejaré que ordenes lo que sea —dijo mientras sacaba la billetera y todo lo que estaba en sus bolsillos—. Yo pagaré.

—No puedo permitir eso —dijo Namjoon con apuro, pero al ver el rostro de Jimin supuso que se había ofendido—. Permítame pagarle la otra mitad.

Jimin lo meditó poco, al final terminó aceptando.

—Bien, iré a refrescarme —dijo alejándose un poco—. Siéntete como en casa que no es mi casa.

Jimin sonrió ante la broma un poco tonta, pero fue una sonrisa que duró poco al momento en que entró al baño. Su realidad en aquel momento lo arropó. Pegando la espalda en la fría puerta que se encontraba detrás suyo, agarró su cuello para frotarlo, sentía los músculos tensos y duros. Sentía que en cualquier momento se desplomaría. Rápidamente se separó de la puerta y abrió el grifo, viendo el agua caer en sus manos. Con un movimiento rápido, el agua tocó su pálido rostro dándole una sensación de frescura y alivio.

i'm not her || hopemin || {EDITÁNDOSE} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora