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capítulo uno

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capítulo uno.
“vacaciones”

1 de junio
Brasil, Rio de Janeiro.


caminamos demasiado (para mí), solo para sacarnos una foto en el cristo redentor y después de eso nos volvimos al hotel para cambiarnos e ir a un barcito de la playa; para ser junio y no siendo vacaciones las playas estaban con turistas y alguno que otro metiéndose al agua.

para mi sí eran vacaciones o al menos un despejo para después empezar a trabajar lo que me tenía emocionada, decidimos junto a otros tres amigos venir, el plan inicial fue venir en verano para nosotros pero se complicó y aprovechamos que algunos estaban en parates de la facultad.

—¿no tenés frio flaca? —llegó detrás martin, amigo mío, digamos unos de mis mejores.

—mira, esta ropa la compré para el verano, donde teníamos que venir nosotros y no se pudo culpa tuya. —remarqué exagerando un poco—. así que la pienso usar ahora, exprimir cada centavo.

el se río fuerte y camino para llegar a la barra.

—bueno, no sé, te decía nomás che.


llevaba un top blanco y una pollera de jean divina que me había comprado especialmente para el verano que nunca lo usé y la estaba estrenando ahora, me había comprado hasta bikini nueva, no se imaginan todo lo que invertí en ropa de verano para este viaje que debió ser en FEBRERO.

—¿y milagros? —pregunté porque no la vi.

—se quedó en el camino paveando con lucas. —viro sus ojos.

mi amiga empezaba a tener algo con mi amigo, increíble que después de años de amistad recién empezaban a tener algo.

—¿no te cabe no? —me reí por la cara de martin.

—no, no es eso... solo tengo miedo de que mi amigo me deje de lado. —se puso serio y no evité reírme—. posta, hablo en serio.

—¡ay dios! somos amigos, no nos vamos abandonar. dejalos, se notan que se quieren. bah, quiero creer.

seguimos hablando de eso hasta que pedí una cerveza, no pensaba moverme de ahí así que me senté en el banco a esperar, mi amigo por su parte se fue a buscar a mis otros dos mejores, quedando yo sola.

—¿puede ser una coca-cola y dos cerveza? —escuché y entendí perfectamente.

desde que me senté solo escuchaba a brasileños así que me giró y me lo quedo mirando, primero lo observo mejor para ver si era la persona que yo pensaba y sí.

Lies | Enzo Pérez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora