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capítulo veintinueve

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capítulo veintinueve.
“¿un tiempo?”


la única persona que se me viene a la mente ahora que puede ser es la mujer de enzo, porque parecía una voz de mujer grande.

no me sale que decir nada, pero igualmente reaccionó segundos después.

—¿eh... perdón? —carraspeo con un tono duro, claramente iba a decirle cosas pero me interrumpe.

—ya te lo dije. ¡deja en paz a enzo! —dicho eso se escucha silencio así que saco mi celular del oído y la llamada había finalizado.

me quedo en un especie de shock y poco después armo lo que de verdad debería haber contestado y no haberme quedado callada, pero pienso que si paso así es por algo.

voy a las llamadas recientes y me doy cuenta que no es el número de enzo, sino uno desconocido para mi y solo puedo pensar en que fue ella, florencia.

suspiro sentándome en la cama frustrada, recurro a entrar nuevamente a la aplicación de whatsapp donde veo que no tenía ningún mensaje de enzo.

esa noche es la más larga, porque no pego un ojo pensando en esa llamada y en que mañana no iría al entrenamiento ni al monumental por lo que sería imposible de hablar con enzo sobre esto en persona, así que solo me queda pensar en esperar que él me hable y contarle... o tal vez no.

no lo sabía, sinceramente ahora si no sabía que hacer.

-

mi día empieza por el molesto ruido de mi celular y apenas puedo abrir mis ojos porque me había dormido como a las cuatro por darle tantas vueltas al tema. me quejo girandome para poder tomar mi celular y atender, esta vez deseaba que fuera el despertador pero no, no lo era.

—¿si?

—¡lourdes de mi vida! —esa voz chillona lo reconocería por más que estuviera media sorda.

—mila, hola, ¿que paso?—pregunto suspirando para ponerme boca arriba—. ¿por que me llamas tan temprano?

—¿tan temprano? lourdes son las doce y media. —dice y abrí más mis ojos, hasta que escucho su risa—. ¿estabas durmiendo?

—milagros ¿me estas jodiendo? obvio que si. —contesto y tomo aire—. es mi día libre.

—¡lo sé! por algo te llamo... —chilla mi amiga, dios la amaba pero era muy temprano para escucharla así—. ¿hacemos algo esta noche?

—¿como que? —pregunto estaba segura que cualquier cosa menos quedarme en mi departamento pensando en enzo y la llamada de su mujer podría ser mejor.

—a tomar algo, solo las dos. —aclara y asiento con mi cabeza a pesar que ella no me ve—. hace rato no lo hacemos como amigas.

—tenes razón, decime la hora y lugar y nos vemos ahí.

Lies | Enzo Pérez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora