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capítulo veintisiete. “una decisión”
me despierto por los movimientos que siento en el colchón, así que me giro para ver a enzo en la punta de la cama ya con pantalones y colocándose sus zapatillas.
sonrío sin evitarlo cuando me observa de costado con esa media sonrisa así que miro por un momento la ventana y sí, ya era de día.
—me tengo que ir. —avisa enzo y vuelvo a mirarlo, se ponía el otro par de zapatilla cuando se gira a mirarme—. me dormí, no era mi plan.
me quedo callada, porque el mío si lo era.
y lo logre.
—buenos días por lo menos ¿no? —me burlo y cuando enzo abre su boca para hablar, murmuro—. es joda, ¿que hora es?
enzo se levanta y puedo observarlo mejor.
quisiera levantarme con un enzo pérez sin remera todos los días, o sin ropa.
—seis y media. —me contesta, ordena su pelo con las dos manos y me mira—. lu, necesito mi remera...
quiero enojarme porque no quiero sacármelo, pero no puedo hacerlo con enzo.
me siento y estoy a punto de levantarme la remera cuando recuerdo que solo tengo una tanga. enzo mira con atención mis movimientos así qué me levanto y saco una remera de mi placard para volver a girarme y ver como enzo sacudía su buzo.
así que antes de cambiarme me acerco poniendo mis manos en su pecho sintiendo su piel caliente y lo beso, lento.
lo corto y la cara de enzo es de sorprendido, claramente no se esperaba que lo bese de esa forma.
me vuelvo a alejar para sacarme su remera ante su atenta mirada, quedando desnuda de la parte de arriba le paso sin pudor la remera quién enzo la agarra con una mini sonrisa, pero a todo, sorprendido. me pongo la otra remera y después de ponerme mis crocs salgo de la habitación para irme al baño.
mientras que lavo mi cara e intento hacerme una cola alta decente pienso en lo lindo que fue dormir con enzo y en lo feo que es que tenga una mujer e hijos.
aunque más feo es que tenga mujer, porque yo tranquilamente y sin problemas me haría cargo de los dos nenes, más de pía sentía que sería más llevadera conmigo.
igual no se porque pensaba esto, enzo apenas se había quedado a dormir conmigo.
y dudaba que lo fuera hacer de nuevo.
ya limpia de cara y dientes salgo para verlo en la sala que seguía arreglándose el pelo, me acerco y lo miro ya completamente vestido.
—me voy lourdes. —avisa y hace una mueca.
—me gustaría que te quedes a desayunar. —admito.
—lourd...
—pero sé que no podes. —lo interrumpo seria, pero sonrió a medías—. y entiendo, no hay problemas.
