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capítulo diecinueve

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capítulo diecinueve.
“cortar relación”

abrí la heladera viendo que estaba vacía, sólo había alcohol que quedo de mi cumpleaños, si todavía, pero no había nada de comer.

mire la hora en el celular que tenía en mis manos. las nueve.

no me iba a quedar otra que salir e ir al supermercado más cerca para comprarme algo de comer y es donde pienso, mamá te extraño. que difícil era vivir sola cuando nunca te acostumbraste a cocinar en tu casa o hacer las compras. busque una campera liviana para tomar mis llaves y salir del departamento.

estos días habían sido los más feo del año, para mí. cada vez se me hacía más pesado en river y sentía que un día iba a llegar para llorar, porque pasando los días me estaba dando cuenta que no era solo ir y cubrir o ir y entrevistar a alguien, ahora era estar de aquí para allá, más que ayer me propusieron de trabajar en una radio por la tarde cubriendo un espacio corto para información de river y la verdad, no sabía si estaba preparada.

con enzo era lo mismo o peor, desde aquel día que martin había ido a buscarme, el mendocino me esquivo como un campeón creo que de verdad se comió el cuentito de que mi amigo era mi novio y a pesar, que en un principio, creí que fue una buena idea no lo fue. porque enzo apenas me miraba ¿se molesto? seguro. pero esta vez decidí que ni siquiera me iba a importar porque eso solo le daba razones a él a creer que iba a estar siempre detrás suyo, en mis planes no estaba eso, sino que él me buscará.

pero llegue a la conclusión que eso no iba a llegar a nada, decidí alejarme de él. por lo menos por unas semanas, hasta que no pueda más.

salude al portero que estaba sentado en una silla y al salir del edificio me sorprendo completamente de verlo caminar directo a mi edificio.

sonrío cuando la mirada de exequiel se posa en mi.

—mira, que sorpresita. —me digo y lo miro rápidamente, estaba muy lindo vestido.

llevaba un jean claro y un buzo blanco que le quedaba divino, como un osito, ayuda.

—pensaba darte una sorpresa... —cuenta con una media sonrisa y es donde me doy cuenta que llevaba una bolsa blanca, al parecer de supermercado—. ¿te acordás de nuestra cena que nunca fue?

me hago la que pienso pero sabía bien de que hablaba.

—mmm...

—bueno, me arriesgue y vine, traje comida. —dice y señala la bolsa—. no sé muy bien que comes, pero traje pizza seguro, empanadas y papas fritas.

me rio porque su carita diciéndolo es una cosa hermosa y que tiene miedo a que le pueda decir que no.

pero eso no iba a pasar, estaba afuera de mi departamento con comida. osea comida, justo lo que no tengo.

Lies | Enzo Pérez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora