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capítulo dieciocho

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capítulo dieciocho.
“¿cambiar de pagina”


cuando puedo abrir mis ojos me ubico de a poco, estoy en mi habitación y alguien dormía mis pies.

me doy cuenta que es martin y lo pateo despacio para despertarlo. pero ni siquiera se inmuta, flashes de la madrugada vienen, pero pocas, es como si hubiera estado drogada.

solo recuerdo a enzo y un dolor de cabeza terrible, se me viene a la cabeza que después del beso que me dio no paso más nada, así de increíble, creo que le rogué algo.

en realidad miento, le rogué mucho, que se quede y que pase la noche conmigo, pero como es enzo pérez, cumplió sus palabras, no fue más que beso.

es donde me enoje y le di entender que se podía ir, se lo tomó mal y se fue. sí, él mas enojado, lo acompañe a la puerta y solo me dijo “pasala bien” de mala manera y fue donde enloquecí y me tome todo lo que encontré para olvidarme de ese mal rato.

bostezo tratando de olvidar todo ese momento y dónde me llevo la mano a la cabeza siento algún cinta, me toco mejor.

¿podría ser que tenga un parche?

me siento y es donde veo que tengo un flor de moretón en la pierna, rápido me levanto para salir de la pieza e ir al espejo que había en el baño y me miro, sí, tenía un flor de parche.

¿como mierda me hice esto?

flash cortos vienen, pero no recuerdo haber estado en un hospital o algo.

así que corriendo como puedo vuelvo a la habitación y siento el dolor en la pierna, muevo a martin varias veces hasta que logra levantarse.

—¡tincho! —lo llamo para que se despierte.

él abre un ojo después el otro y se queja.

—¿que paso? —cuestiono asustada señalando mi frente.

tarda unos minutos en desperezarse pero reacciona y se quiere reír.

—¿no te acordás? —me pregunta y niego asustada porque pienso lo peor—. te rompiste la frente contra la mesita del living...

abro mis ojos sorprendida.

—¿que mesita? —pregunto, porque obviamente me mude hace una semana apenas y solo tenía una mesita.

una de vidrio en la sala.

así que salgo de la habitación para encontrar mi sala con olor alcohol, sucia y con la mesita del centro quebrada de punta.

—¡¿como mierda me paso eso y no me acuerdo?! —levanto la voz entrando de nuevo a la habitación.

mi amigo se siente apenas y sacude su pelo.

—nos asustaste porque quedaste media inconsciente, te salvaste de pedo que el vidrio no te salto o llego a tu ojo lourdes. —dice con un tono más serio—. estabas muy mal.

Lies | Enzo Pérez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora