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capítulo veinticinco

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capítulo veinticinco.
“las cosas no cambian.”

no se como lo hago pero ignoro aquella llamada y me limito a contestar a exequiel que esperaba una respuesta.

—es una buena idea.

el tucumano asiente y sonríe algo aliviado, creo, porque seguro noto mi cara de asustada con aquella llamada.

—voy a buscar, ¿algún gusto especial? —me pregunta rebuscando en sus bolsillos la llave de su auto.

—cualquiera menos menta granizada, porque no entras de nuevo. —le aclaro seria, pero sonrió porque exequiel no sabe como reaccionar.

—uh bueno, te quiero mucho porque no arruinas lo linda que sos con un gusto como ese. —termina de decir para suspirar exageradamente.

claro que me río y lo acompañó a la puerta me pregunta alguna heladería cercana pero le respondo con que no sé, lo poco que sabia desde que me mude era que había un supermercado chico cerca pero heladería no sabía, tampoco que tenía auto para recorrer las zonas cercanas. palacios se va y nuevamente me quedo sola, por lo que dure el buscando una heladería.

miro mi celular y solo me encuentro con esa llamada perdida, decido no entrar a whatsapp para ignorar de esa manera a enzo y saber que podía inventar mañana si me lo cruzaba, porque claramente le iba a mentir de nuevo...

al día siguiente, enzo no se tardo mucho en aparecerse en frente mío y no sé si para bien porque me había levantado de mal humor.

—¿hola? —levanto mi cabeza porque estaba ignorándolo—. ¿estas bien?

asiento y sonrío rápidamente porque él lo hacia de lado, que decir... él cambiaba todo rápidamente en mi.

—si, solo que no tengo unos de mi mejores días... —admito y el asiente de a poco comprendiendo—. ¿como estas vos?

el rápidamente se cruza de brazos y lleva una mano a su cabeza asintiendo.

—bien, a pesar que no pude dormir mucho... o bien. —aclara y solo me quedo mirándolo.

no sé si preguntarle la razón pero cuando lo pienso de mi boca ya están saliendo las palabras.

—¿por que?

—me quede pensando en vos. —responde y siento que es chamuyo, pero me lo como todo a ese chamuyo.

—¿ah, tan asi? —sigo su juego.

el asiente sin quitarme los ojos de encima.

—pensé que me ibas a contestar anoche... —se expresa y es donde aclaro mi garganta.

—ah, si pasa que... —empiezo y saco mi mirada de el porque me pone nerviosa y así no podría inventar algo rápido—. me dormí temprano...

enzo frunce su ceño y hace una mueca.

Lies | Enzo Pérez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora