Estábamos los dos juntos, caminando bajo la luna. No hablábamos, sólo caminábamos en dirección a la tienda.
-¿Es cierto eso de tu padre?-pregunté.
-¿De sus viajes de país en país?
-Sí.
-Sí, por eso no lo recuerdo-dijo frío.
-¿Qué?-dije mirándolo, sin dejar de caminar.
-La última vez que lo vi, tenía cinco años.
Quedé sorprendida. Pensé que se veían y que era unidos, no que Isaac ni lo recordaba. Y la verdad es que me imagino que debe ser súper fuerte. Digo, yo no sé qué haría sin mi padre. Él es un gran hombre y una gran persona. Su nombre es Bruno, y se conoció con mamá en una fiesta. Ellos cuentan mil veces esa historia. Mi padre, iba a la fiesta con cinco amigos, y en cuanto llegó, no dejaba de mirar a Amanda, mi madre. Sus amigos le decían que fuera a hablarle, y eso hizo. Se tomó un shot de tequila, y caminó en dirección a ella.
Así es como se conocieron, y luego de tanto amor, nací yo.
Siempre he amado a mis padres. La verdad es que papá es muy chistoso y mamá es muy dulce. Son una linda pareja.-¿Sabes algo de él?-pregunté en voz baja.
-Bueno, ya sabes, tiene tres hijos más, con distintos matrimonios. Es todo un idiota.
-Aquí es...-dije cambiando el tema.
Entramos a la pequeña tienda. Apenas se abre la puerta, suena una campanita, indicando que ha llegado un nuevo cliente. Y en este caso, éramos dos.
Al momento de entrar, pude darme cuenta de que nos atendería una chica.
Ella apenas nos vio, quedó hipnotizada por Isaac. No le quitaba la vista de encima. Él obviamente, de vez en cuando, le correspondía con la mirada y ella sonreía y se sonrojaba. Era bastante educada, aunque algunas veces me miraba mal. Parecía que estaba celosa, como si yo fuera algo de Isaac, pero la verdad es que ahora estamos intentando conocernos para quizás llevarnos bien.
Estuvimos tan sólo un par de minutos, porque ya sabíamos lo que debíamos comprar. Pude notar cuando la chica le guiñó el ojo, pero Isaac no lo tomó en cuenta.
Salimos de la tienda y yo no pude evitar decírselo como broma.-Creo que nunca antes había visto a una chica babear tanto...
-¿Qué?-dijo riendo levemente.
-La chica, la de la tienda.
-Ahh... Ya sabes, ese efecto provoco en las mujeres.
-¿Qué dices?-dije riendo, para luego empujarlo levemente.
Seguimos caminando. La noche estaba muy helada. Tanto, que cuando hablábamos, salía vapor de nuestra boca. Y ahí, bajo la noche estrellada, sus ojos no dejaban de verse azules y lindos. La verdad es que es muy, muy atractivo, pero tiene un carácter súper difícil. Es egocéntrico y a la vez chistoso, sarcástico y a la vez serio. Es norte y sur al mismo tiempo. Y muy difícil de entender.
Nos mantuvimos caminando, y mientras lo hacía, vi como en un auto, había una linda pareja besándose. Besándose apasionadamente. Como toda pareja.
Enfoqué bien la vista y me di cuenta de que era mi padre... con otra mujer.
¡Mi padre! ¡El que está casado hace más de quince años con mi madre! ¡Siéndole infiel! No lo podía creer. Sentí como mi corazón se destruía. Y automáticamente sentí que en ese mismo momento, iba a cambiar todo.
Me frené en seco. Sentí que era un sueño, que lo que estaba viendo no era real, pero una parte de mi, me decía que efectivamente era real.
Sentí como una lágrima se desplazó por toda mi mejilla, hasta llegar a mi boca.
Sentía como me faltaba aire, sentía que iba a explotar.-¿Está todo bien?-preguntó Isaac.
-No... no...-repetí.
-¿Qué ocurre?-dijo y seguido de esto, miró en dirección a donde yo miraba.
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(PAUSADA) El idiota de intercambio.
RomanceTras el intercambio de Alan, el hermano de Alexa, llega un nuevo chico a vivir con su familia. Isaac, un joven totalmente apuesto, pero un completo idiota rodeado de problemas. Alexa e Isaac, dos personas muy diferentes, pero con un sentimiento en c...