Tras el intercambio de Alan, el hermano de Alexa, llega un nuevo chico a vivir con su familia. Isaac, un joven totalmente apuesto, pero un completo idiota rodeado de problemas. Alexa e Isaac, dos personas muy diferentes, pero con un sentimiento en c...
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Nos reíamos a carcajadas con Em, y no dejábamos de bailar. Obviamente, en la cocina, cerca del alcohol. Y es que, ambas estábamos borrachas, y muy alegres. No queríamos perder de vista las botellas. Los chicos que estaban en la cocina, no nos quitaban la vista de encima, pero nosotras no les hacíamos caso. Yo, me sentía muy capaz de hacer lo que quisiese. No tenía vergüenza, nada. Entonces, me tomé el séptimo shot, y realmente me dieron unas ganas gigantes de ver a Isaac. No sé por qué, pero ya que no estaba aquí, decidí ir a buscar a Jason.
-¡Iré a buscar a Jason!-le dije tratando de modular.
-Alex, estás muy borracha, no creo, no creo, no creo que sea buena idea-dijo tratando de hablar.
-¡A nadie le importa!-dije fuerte.
Salí de allí, tambaleándome, y comencé a caminar entre la multitud. Donde pasaba, me miraban. Habían varios chicos que me sonreían, y algunas chicas que me miraban mal, pero no me interesaba, sólo quería encontrar a Jason. Entonces, fue ahí, en donde lo vi afuera, en el patio, junto a la mesa de Ping pong, hablando con su grupo de amigos. Decidida, me acerqué a ellos.
-¿Me lo prestan un segundito?-dije dirigiéndome a sus amigos.
Ellos rieron y asintieron. Entonces, Jason, me miró confuso, pero con una gran sonrisa. Lo tomé de la mano y lo llevé a un lugar más alejado y solitario. Él miraba de vez en cuando para atrás, para ver si es que había alguien mirándonos, mientras que a mi me importaba una gran porción de caca.
-¿Qué haces Alexa?-dijo mirándome entretenido.
-¿Sabías que te encuentro muy guapo?-le dije mientras sonreía como tarada.
-¡Que cosas dices!-dijo riendo.
-Te lo digo en serio. Eres muy, muy guapo-dije, mientras posaba mis manos en su pecho.
-Y bueno Alexa, tú estás re buena-dijo mientras me acercaba a su cuerpo.
-¿Y recién lo notas?-dije acercándome a su rostro, lentamente.
-Siempre lo he notado, pero ahora estás aún más buena-dijo acercándose también.
-¡Tú si que eres guapo, Isaac!-dije dándole una pequeña palmadita en el pecho.
Él se mostró indiferente y me miró extrañado. Sentí como su cuerpo, al instante se alejó del mío. Alzó sus cejas, sorprendido. De seguro estaba vuelto loco con todos los cumplidos que le había hecho.
-¿Qué dijiste?-me dijo algo molesto.
-Que estás guapo. ¿Quieres que te lo diga muchas veces?-dije sonriéndole.
