Tras el intercambio de Alan, el hermano de Alexa, llega un nuevo chico a vivir con su familia. Isaac, un joven totalmente apuesto, pero un completo idiota rodeado de problemas. Alexa e Isaac, dos personas muy diferentes, pero con un sentimiento en c...
Ya estábamos en casa, y con Isaac no nos habíamos dirigido ni tan sólo una palabra. Era como si estuviésemos jugando a que nada pasó. Apenas entramos a casa, él subió sus cosas a su cuarto, y dijo que tenía que salir inmediatamente. Yo me quedé abajo con mamá, la cual se veía bastante molesta por algo que no tenía ni la menor idea. Estábamos en la cocina, y ella comenzó a hablarme.
-¿Hija...?-preguntó mientras guardaba unas cosas en la cocina.
-¿Ajá?-respondí.
Ella se detuvo y me miró.
-¿Está todo bien con Isaac?-dijo alzando una ceja, como si estuviese sospechando.
Mi corazón se comenzó a acelerar con mucha facilidad. Me había puesto muy nerviosa.
-Sí.
-¿Segura?
-Todo bien-respondí cortante.
Ella me miró fijamente, y yo no sabía cómo actuar en ese momento. No sabía si era algo que debía decirle.
-No me gustaría que estuvieran en algo ustedes dos. Hija, tú sabes que yo quiero lo mejor para ti, y ese niñito no es para ti, te lo digo porque mi intuición me lo dice. Ustedes no podrían estar juntos ni aunque quisieran. No funcionaría. No son para nada parecidos. Se nota que es un mujeriego, tú eres distinta. Además, debes concentrarte en los estudios. No puedes tener pareja, de verdad. Menos a él.
¿Y quién mierda te está pidiendo la opinión?
-No entiendo a qué quieres llegar.
-A lo que quiero llegar es que, no quiero saber que ustedes están juntos. Yo jamás lo permitiría. Por ningún motivo.
-Sigo sin entender a qué se debe esto.
-Alexa, por favor, sé sincera conmigo.
-Lo soy, pero no entiendo qué quieres decirme-dije tratando de disimular mi incomodidad con la conversación.
Definitivamente no le diría por ningún motivo que me he besado con él y que me trae completamente loca.
-¿Ustedes tienen algo...?
-¿Qué?
-Alexa, ¿tú e Isaac tienen algo?-dijo marcando cada palabra.
Yo al instante le respondí mientras negaba con la cabeza.
-No...
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-Alexa, no me mientas.
-No lo estoy haciendo. Es que, sinceramente no entiendo para qué me preguntas esto.
-Tengo mis sospechas...
-¿De que Isaac y yo tenemos algo?-dije riendo.
-Nunca de sabe.
-Lo único que puedo decirte, es que estás muy equivocada.
-Bueno, ve a tu cuarto y guarda tus maletas, eso es todo, no tengo nada más para preguntarte-dijo mientras seguía haciendo sus cosas.
Me había molestado mucho su charla de mierda. Y es que detesto cuando la gente te dice que puedes y que no puedes hacer. Yo soy partidaria de que debemos hacer todo lo que queramos. De que debemos ser seres pasionales. Y que no nos dejemos llevar tanto por la razón. A veces la razón te dice NO, pero tus sentimientos te dicen Sí. ¡Aprendamos a equilibrar! No ser tan racionales a veces sirve, y no ser tan pasionales, también a veces sirve. Pero detesto que me digan que no puedo hacer algo. TODOS PODEMOS HACERLO.
-No entiendo tu molestia con el tema, pero yo haré lo que se me dé la gana en la vida, y no voy a vivir bajo tus "reglas" para saber si es que alguien me merece o no-dije esto último, alzando el tono.
Ella paró de hacer lo que estaba haciendo, se cruzó de brazos y me miró fijamente, sorprendida por lo que había dicho. Se me acercó, marcando cada paso que daba, de forma muy amenazante.
-Jamás permitiré que estés con ese chico-me dijo alzándome su dedo índice en forma de amenaza.
-No te estoy hablando de él, en específico. Te estoy hablando de que no aceptaré que me digas que hacer y que no.
-A la perfección-le respondí con una sonrisa falsa.
-Vives aquí, y mientras vivas acá, yo te mando. Segundo, por ningún motivo estarás con Isaac, porque yo lo digo. Tercero, me llego a enterar de que están juntos o cualquier mierda, te prometo por dios que lo mando de vuelta a su casa, ¿entendido?
-Te encanta molestar-le dije, molesta.
-¡Te encanta tocarme los cojones!-gritó.
-¡Ah, genial, ahora resulta que yo soy la que te toca los cojones! ¿Sabes algo? Nunca había escuchado a una madre decirle a una hija que NO puede hacer algo o que algo NO le funcionará.
-Yo soy la primera-me dijo gritando.
-¡Y la última, porque no pienso tener más gente así en mi vida!-alcé la voz igualmente.
-¿Y qué harás?-dijo alterada.
-¡Me iré de esta mierda, para saber si es que de una vez por todas aprendes a incentivar y ayudar en vez de criticar como la mierda!-grité.
Me di media vuelta, y subí con rapidez a mi cuarto.
(...)
Estaba caminando por la calle, con mi bolso en la espalda, bajo la luna. Siempre se me había cruzado por la mente escaparme de casa, pero jamás lo había hecho, hasta ahora. Caminaba y caminaba, sin un rumbo fijo, sólo quería caminar porque estaba harta de las actitudes de mamá. Y es que siempre era lo mismo. Siempre me decía que no podía hacer ciertas cosas, o porque ella no lo permitiría, o porque yo no tenía las capacidades necesarias. Me estresaba mucho eso, y sin duda lo eliminaría de mi vida, fuese como fuese. No tenía ni la menor idea de dónde ir, pero si sabía donde no quería volver. Por ningún motivo me iría a casa de Emma o Teressa, ya que ahí sería la primera opción de mamá para ir a buscarme, ya que era demasiado obvia. Entonces, me encontraba en una de las calles más solitarias, y recordé que cerca se encontraba el bar en donde había ido con Isaac. Decidí ir allí a tomarme alguna cerveza o algo así, necesitaba distraerme. En eso, voy pasando por fuera de una casa, y me freno en seco.
-¿Qué haces aquí?-me preguntó mientras caminaba hacia a mi.
-¿Qué haces tú aquí?-le pregunté confundida.
-Estaba en el bar... ¿Por qué llevas un bolso?-señaló a mi espalda.
-Discusiones.
-¿Con tu madre?
-La típica...
-Vamos a mi casa-propuso.
-Mmh...-hice una mueca, analizando la situación.
-Sólo si es que quieres-dijo con una amable sonrisa.
-Vale, acepto-dije encogiendo los hombros mientras sonreía.