Plan malévolo.

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Habíamos estacionado en aquel lugar. De nuevo en las pistas clandestinas.
Me bajé de la moto y me quité el casco, mientras que Isaac apagaba el motor e imitaba mi gesto.
Se situó a mi lado y entrelazamos nuestros dedos, instantáneamente. ¡Era increíble! Teníamos una fuerte conexión.
Caminamos entre la multitud y la verdad es que todos me miraban asombrados. Obviamente no podían creer que luego del accidente haya vuelto a la zona.
De pronto, miré al frente y vi a Aria, quien apenas me vio, sonrió.

 -¡Allí está mi chica favorita!-dijo sonriendo ampliamente

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-¡Allí está mi chica favorita!-dijo sonriendo ampliamente.

Me alegraba saber que podía estar allí acompañada de ella. Y es que parecía ser una buena muchacha. Cabe mencionar que era bastante linda, y no podía creer que Isaac no se haya fijado en ella. ¡Además, era muy simpática!
Caminamos con Isaac a su dirección y me soltó la mano, así permitiéndome recibir el dulce y apretado abrazo de Aria.
Isaac se alejó y fue en busca de Jack.

-¡Tanto tiempo!-dije mientras sobaba su espalda.

-¿Cómo te sientes?-preguntó ya separándonos.

-¿Sabes qué? ¡De maravillas!-dije alegre.

-¡Me alegra demasiado saber eso!-dijo sonriendo.

-¿Y cómo van las cosas por acá?-le pregunté interesada.

-¡Oh, no tienes ni idea de lo mucho que odio a Fiorella!-soltó de pronto.

Así es, Aria también la odiaba, sólo que yo no sabía el por qué.

-¿Qué? ¿Por qué?-pregunté atenta a su respuesta.

-¡Es una idiota! Siempre la he odiado.

-¡No tienes ni idea! Yo también la detesto.

-¡No jodas! ¿Y por qué?-preguntó interesada con el chisme.

Sonreíamos y saltábamos despacio, demostrando nuestro interés y felicidad al saber que ambas odiábamos a la misma chica.

-¡La muy idiota se acostó con Isaac!-dije alzando mis cejas.

-¡No me toques los cojones! ¿Cuando estaba contigo?-preguntó.

-¡No, ni por si acaso! Pero aún así, siempre le ha estado moviendo el culo. Incluso, el otro día fuimos a lavar el auto y el lugar estaba cerrado, así que fuimos a otro y no sabes quien estaba allí...

-¡Fiorella!-soltó emocionada.

-¡Sí!

-¡Dios mío! ¿Y qué hizo la muy idiota?

-¡Se empezó a colocar espuma de la esponja entre los pechos!-dije alterada.

-¡No me jodas! ¿Qué le pasa? ¡Maldita perra! Supongo que era para provocar a Isaac.

-¡Obviamente! Encima, le dije que parara de molestar, y adivina qué.

-¿Qué?

-¡Entró a mi escuela!

(PAUSADA) El idiota de intercambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora