Capítulo 31

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Lía

—Deja de tomarme fotos—se queja haciéndome reír.

—Pero si te ves muy guapo—susurro en su oído antes de mostrarle la foto.

Sale apoyando su cabeza en su puño sobre la isla de la cocina, no tiene camiseta mientras su rostro sale soñoliento ya que acaba de despertarse.

—Pesada—refunfuña haciendo que suelte más carcajadas.

—¡Sonríe!—exclamo sonriente apuntando con la cámara frontal y tomando una selfie.

Esta vez tiene la cara ceñuda y los brazos cruzados, mientras mi cara muestra diversión pura.

—Bórrala—lloriquea pero no lo escucho y sigo tomando fotos de cada pose que hace—. ¡Basta!

—¡Ahora feliz! ¡Molesto! ¡Risueño! ¡Triste!

Él puede quejarse todo lo que quiera, pero sé que disfruta de esto tanto como yo.





Es extraño tener a mis hermanos frente a mi. Hace dos días tenía la certeza de ser la única hija de mamá, pero ahora las cosas son distintas y no sé si podré adaptarme a este cambio.

—¿Qué se les antoja cenar?—pregunta mamá con una sonrisa y ojos esperanzados.

—Nada.

—Lo que quieras—dice Nathan al mismo tiempo de lo que dice anteriormente su gemelo, siendo fulminado por el carita de ángel.

—¿Qué les gusta? Puedo preparar lo que deseen, soy buena cocinera—presume dando el aire más divertido, haciéndome sonreír.

—Deberías saberlo, ¿no? Pero claro, nos abandonaste—le sonríe Noah amargo haciendo que el rostro de mamá se entristezca.

Mi cabeza se direcciona hacia él dándole una mirada mordaz.

—¿Puedes callarte y dejarla tranquila? Ya tuvo suficiente con tener semejante hijo.

—Tú callate princesita, has tenido toda tu vida comprada.

—Eres un infantil.

—Y tú una...

—Noah—lo calla su gemelo viéndolo reprobatoriamente para luego girarse a mamá—. Me gusta la pizza, creo que es fácil de preparar y no le tomará mucho tiem...

—¡Pizza será!—exclama mucho más entusiasmada.

—Sin piña—cruzo los dedos por que a ellos tampoco les guste esa combinación.

—Con piña—ataca Noah haciéndome rodar los ojos.

¿Es que siempre tendremos que chocar así?

—¿Por qué eres raro? La piña no va con la comida—me apoya Nathan con cara de asco.

—A mi tambien me gusta con piña Noah, ¿qué les parece si preparo dos grandes, una con piña y otra con...?

—¡Pepperoni!—me adelanto.

—Si, con pepperoni y mucho queso—pide Nathan con ojos brillantes, apuesto a que se le ha hecho agua a la boca.

—¿Y si te ayudamos? Así acabamos más rápido—sugiero.

—Paso—resopla el gemelo gruñón.

Ignoramos lo que dice y de igual manera lo arrastramos a la cocina, mamá no dice nada mientras trata de disimular su sonrisa mientras nos observa, pero no lo logra.

Half of me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora