Half of me

Capítulo 3

Lía

—¿Vieron a Zayn? Dios bendijo mis ojos, está más hermoso—se escucha un suspiro—. Extrañé verlo en estas vacaciones.

—Niall sin lugar a dudas está más bueno—otro suspiro—. Esos ojos azules solo me cautivan de solo verlos.

—¡Oh Louis! Sigue siendo tan risueño como siempre—lanza otra chica una pequeña risita—. ¿Por qué serán tan guapos?

—Hay un chico nuevo, Harry, es demasiado para ser real—una cuarta chica suspira. Me están hartando sus suspiros.

—Ni nos ilusionemos porque de seguro ya es amigo de Los perfectos.

—¿Los perfectos?—pregunta curiosa  una nueva voz.

—Rachel, en esta escuela los chicos hermosos solo se juntan con personas hermosas, ese será el caso de Harry.

—Y con Perfectos nos referimos a Niall, Louis, Zayn, Mia y Lía, ellos son los populares—explica una de ellas.

Mía y yo rodamos los ojos tras la puerta del baño de chicas.

Odio los estereotipos. No es nuestra culpa que nuestros padres nos hicieran con amor, a pesar de ser resultado de un condón roto o simple irresponsabilidad.

—Seguro ellos son unos egocéntricos y ellas unas perras—dice la tal Rachel y yo abro la boca ofendida. No somos nada de eso.

—¡Lo peor es que son todo lo contrario! Ellos son lindos, por eso todos quieren ser sus amigos, por algo todos les dicen Los perfectos.

—Me siento halagada y ofendida a la vez—susurra Mia en mi oido. Me siento igual.

—¿Qué hacen?—pregunta Harry detrás nuestro haciendo que nos sobresaltemos y yo lance un gritito por la sorpresa.

—Oh cielos ¡Casi me muero de un infarto!—exclamo tocando mi pecho por segunda vez.

—Yo podría revivirte—sonríe coqueto.

—¿Estás coqueteando conmigo?

—Lo hago.

Entre los brazos de Harry, bajo las sábanas y acurrucados, es el lugar perfecto donde amo estar.

Aún es algo increíble saber que somos novios, a pesar de llevar más de un año de relación. Lo cierto es que no dejo de enamorarme de él, cada día un poco más, él me cautiva, obviamente sin ignorar su gran físico, su piel suave y de tono lechoso, sus ojos verdes, labios rosados en forma de corazón, los cuales debo decir que soy adicta a besar, su mandíbula recta y masculina. Es hermoso tanto por fuera como por dentro.

—Mi mamá dijo que podía tocar la flauta contigo—susurro risueña.

Él siempre duerme conmigo, entra por el balcón cada noche, pero es algo que mamá no necesita saber.

—¿Tocar la flau...? Oh cielos, ella no dijo eso—ríe bajo contagiándome.

—Lo dijo y creo que me convertí en un tomate, estaba muy sonrojada.

—¿Ella sabe que tenemos relaciones?

—Bueno ella lo supone, recuerda que me tuvo a los diecinueve, estoy en su edad crítica y no quiere un desliz.

—Es entendible, felizmente no lo dijo frente a mi.

—Oh Dios, ojalá nunca lo haga—río dejando mi cabeza en su pecho, medio cuerpo sobre él y me siento como una morsa cómodamente sobre su roca.