Half of me

Capítulo 38

Lía

—¡No, Harry, no te lo voy a perdonar!

—¡Eso dices siempre y después estás llamándome para decir que me extrañas!

Abro la boca ofendida y tocándome el pecho. Sin sacar mi mano, suelto carcajadas vacías de gracia.

—¡O sea ahora yo soy la que llama! ¡¿También soy la que se mete a tu habitación a hurtadillas como una jodida delincuente!?

—¡¿Ahora soy un delincuente?!

—¡No te hagas el ofendido ahora!

Siento mi rostro caliente por la adrenalina y coraje que siento. Me ha hecho enojar, no es buena combinación cuando estoy con la regla.

—¡¿Sabes qué?! ¡Me cansé!

Solo necesito escuchar eso para se me caiga el alma a los pies. Un sentimiento frío junto al miedo me recorre por completo.

—¿Te... cansaste?

—¡Sí, maldita sea, sí!-me grita con rabia.

—¡Pues bien, puedes irte! ¡Vete, Harry, lárgate!

—¡Eso haré!

Sin dar vuelta atrás, camina hacia la puerta con largas zancadas, la abre de un tirón y sale de la casa cerrandola a sus espaldas provocando un gran estruendo.

Me dejó caer en el sillón sintiéndome contrariada. Entrelazo mis dedos proyectando los últimos minutos en mi cabeza como si de una película se tratase.

No hemos terminado... ¿verdad? ¡Y si fuera el caso la que debe terminar al otro soy yo!

La puerta se abre de nuevo haciendo que me levante de un salto.

—¡Esta es mi casa!—me grita de nuevo apretando la mandíbula y yo rechino los dientes para no lanzar insultos en su contra.

Tomo mi mochila en un instante para luego dirigirme a la puerta con la frente en alto, sin decir ni una palabra. Mi plan de escape digno de película se ve arruinado cuando su mano toma mi brazo para hacerme girar hacia él.

—Tú no te vas a ningún lado—gruñe contra mi oído. Su voz ronca y su aliento cálido me da escalofríos.

—¡Me voy cuando se me dé la reverenda gana!

—¡No puedes dejarme solito viendo esa película de terror!—chilla señalando la pantalla de la televisión.

—No puedo hacerlo, ¿verdad?—muerdo mi labio sintiéndome dividida en este momento.

Él tiene la culpa de esta discusión, es cierto, pero no puedo dejarlo viendo esa película sangrienta, ¡eso me hacía una mala novia! Y por supuesto que no lo soy. Suelto un suspiro de resignación que casi lo hace sonreír, pero adopta su cara de culo luciendo molesto, por lo que yo imito su cara para verme aún más molesta que él.

—Eh... Chicos...—la voz de Anne llega desde el sillón donde ha permanecido todo el rato desde que llegamos—. Yo fui la que tomó las palomitas y chocolates de la cocina-habla con un tono de disculpa jugueteando con sus manos.

De inmediato, Harry y yo nos lanzamos la misma mirada por todas las cosas que nos hemos gritado, antes de darle un fulminante a ella.

Porque si... discutimos por la comida.