Capítulo 34

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Harry

La veo caminar con sus brazos repletos de libros, el de química incluido, avanza como puede hasta su casillero mientras yo la observo desde la esquina del corredor. Llega a su casillero y lo abre con dificultad, pero logra hacerlo sin tirar nada al suelo. La campana ha sonado hace más de diez minutos por lo que todo el mundo está en su respectivo salón.

Avanzo despacio y silencioso, tomando mi tiempo hasta estar a solo unos metros de ella, con la puerta de su casillero ocultándome. Lo cierra de un golpe seco para poder irse, pero eso no sucede cuando se sobresalta a verme tan cerca. Sus ojos abiertos como platos gritan sorpresa y conmoción, pero guarda la compostura aclarando su garganta y viendo a todos lados menos a mi.

¿Por qué estás evitándome, Lía?—cuestiono serio y de brazos cruzados.

Traga saliva haciendo que mis ojos se dirijan a su cuello. Ahí mismo, noto el rastro de chupetones que le dejé hace días, pero que ahora están tapados ligeramente con maquillaje. El solo recuerdo hace que mi pecho se llene de un sentimiento cálido y especial.

Debo ir a claseshabla por lo bajo tratando de esquivarme, pero no se lo permito al pegarla a su casillero, dejando casi nada de distancia entre nosotros, como debe ser.

Vas a decirme en este instante lo que te sucededemando, no soportando este muro invisible que ha creado entre nosotros. Lleva días asi y no lo aguanto.

Harry...

Ahorasiseo con la mandíbula apretada.

Sin embargo, no hay nada en absoluto para eliminar y comer a un instante en este instante porque simplemente no pienso retenerme. Está evasiva y necesito respuestas a mis dudas.

Estabas molesto.

Por supuesto que estaba molestodejo evidente un rastro de indignación en mi tono.Ni modo que salte de un pie porque mi novia me evade desde hace un par de días.

No ... no entiendessusurra casi tímida, bajando la mirada a sus manos y jugueteando con sus dedos. Mi índice va a su barbilla para su rostro y mis ojos.

Dime qué pasa, amorpido, casi suplico, queriendo entender es actitud conmigo.

Veo una guerra interna en aquellos ojos, luce avergonzada. Me permito acariciar la zona que mi dedo no suelta para tratar calmarla.

Estabas molesto.

Ya te dije ...

No-me corta. Estabas molesto cuando no quise tener sexo contigo.

Sus palabras son como un golpe en el estómago. Mis ojos llenos de incredulidad e indignación se clavan en ella quien baja nuevamente la mirada. ¿En qué momento le hice creer eso? ¿Qué hice para que pensara de esa errada forma? No le encuentro explicación, es difícil entender. Siento mi cuerpo tenso ante la magnitud de sus palabras, son como un insulto y me enoja haberle hecho creer algo tan bajo.

Pero qué... Lía yo jamás me enojé.

Luego de... esose sonroja moviendo sus dedos de forma nerviosa.

Luego de, ¿qué?

Tú sabesgimotea viendo a todos lados.

Half of me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora