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"Mi pequeña estrella"

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Al llegar la baje y le eche llave a la puerta, ella se quedo parada viendo mis movimientos como si los analizara a fondo y con mucho cuidado, voltee a verla y le sonreí, esta vez me contesto con una gran sonrisa.

—Ahora sí, dime, ¿qué te paso?— dije tomando con delicadeza su carita.

—Me caí.— respondió con indiferencia.

—Deberíamos curarte esas heridas.

—No son nada, tranquila.

—Oye, ¡¿y tus padres?!— me cayo la pregunta como un golpe —oh dios, me acusaran de secuestro infantil— dije tapandome la boca.

—Mi papá no se dará cuenta de que no estoy— me dijo —y...no tengo mamá— dijo casi susurrando bajando la cabeza.

La mire con tristeza, se como se siente el no tener a una figura maternal, me acerque a ella y la abrace con cariño, cuando me separe la mire a los ojos y le dije:

—Si permanecemos así pescaremos un resfriado, así que... ¿quieres tomar un baño conmigo?

—¡Sí!— dijo con un extraordinario brillo en los ojos.

La tome de la mano y nos dirigimos al baño en la planta de arriba, le quite la sudadera y me dedique a abrir las llaves del agua para llenar la bañera, la senté en la taza del baño y fui a mi habitación buscando ropa que pudiera quedarle, no encontré nada en mi habitación así que baje al primer piso y en el cuarto/bodega busco cajas con ropa de mis años pasados, busque en las cajas de más del fondo y saque una, al abrirla vi que era aproximadamente de cuando tenia 6 años, hace ya 14 años que no veía esta ropa, la tome y fui hacia mi habitación a dejarla para volver al cuarto de baño, cerré las llaves y apenas le quite el vestido la metí al agua.

—¿Tampoco tienes mamá?— me preguntó curiosa.

—No, murió cuando tenia meses de nacer.

—¿Y tu papá?— comencé a tallar su cabello con las yemas de mis dedos.

—Era un vividor, mi abuela siempre estuvo en contra de ello, por eso me saco de casa y me llevo con ella, cuando cumplí 18 años decidí independizarme de ella, rente un pequeño departamento, trabajaba después de la universidad; un día mi padre desapareció y dejo su casa a mi nombre, esta casa, así que decidí dejar la universidad y me dedique a trabajar.

—Oh, y...¿cuántos años tienes?— talle con cuidado su cara.

—Tengo 21.

—¿Ibas a la escuela?— asentí mientras quitaba el jabón —Y... ¿que era lo que querías ser?

—¿Te refieres a que quería estudiar?— cerro los ojos cuando le verti el agua encima —Pues buscaba algo como medicina, me habría gustado ser doctora. Por cierto, aun no me has dicho tu nombre.

—Soy Sally me dijo muy dulce.

—Un placer, Sally, yo soy _____.

Me levante y me dirigí por una toalla, la levante, la envolví y la cargue hasta llegar a la habitación y la deje sentada, le ayude a secarse.

—En la caja ahí ropa que tal vez te quede, ¿porque no buscas una que pijama te guste y te la pones?, ahí debería tener unas cuantas. Yo ya vuelvo, no tardo.

Regrese y tome un baño rápido, salí y me enrolle en una toalla, a paso rápido llegue a mi habitación, vi a Sally con un blusón lila revisando que mas había en la caja.

—Te ves muy linda con ese— le dije llegando a mis cajones buscando mi pijama —¿Te molesta si...?— dije con la ropa en mis manos, ella lo entendió y ladeó la cabeza, entonces me quite la toalla y me vestí ahí mismo.

Después la lleve a la cocina a cenar, me ayudo a hacer pan francés, lo tomamos con leche y fuimos ambas a lavarnos los dientes, cuando fue hora de dormir le pregunte si dormía sola, si quería dormir ella en la cama y yo en un futon, me pidió dormir con ella, yo claro que acepte, ella se acostó del lado de la pared y yo a su lado.

Parecía que se había quedado dormida, estuve a punto de apagar la lampara en la mesa de noche cuando ella volteo a verme.

—_____, ¿podría pedirte un favor?— pregunto tímida.

—Claro, ¿que pasa?— me senté en la cama al igual que ella.

—¿Podrías adoptarme?— mire sus ojos llenos de esperanza, yo era incapaz de negar a una dulzura así.

—Claro que si, Sally...quiero decir, hija— ella me abrazo fuerte.

—Gracias.

—Ya es hora de dormir— le susurré, nos metimos dentro de las mantas —buenas noches, mi pequeña estrella.

—Buenas noches, mamá— sentí una punzada de ternura en el pecho, bese su cabeza y dormimos abrazadas.

"Yo Soy La Mamá De Sally" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora