Why? │jaebum

trece

Why

-¿Sabes qué quiero hacer?

Estuvimos sentados en el suelo por un largo rato mientras él daba besos en mi cabeza o daba cortos besos por toda mi cara, yo en cambio estaba entre sus piernas recibiendo todos sus mimos y dejando que él mordiera mis orejas. La hora pasaba muy lento y aunque estuviéramos uno al otro hablando de todo lo que hicimos en los días que no nos vimos, el porqué de mi cambio -oyendo su disconformidad- y por qué Hye Soo iba a irse nuevamente, no me agradaba pero sabía lo mucho que él la quería y también me preocupaba por él.

-¿Qué quieres hacer?- di media vuelta y lo miré a los ojos.

-Quiero hacer algo divertido.- acarició mi rostro y sentí chispas en mi piel luego de eso.

-No quiero morir tan joven, quiero terminar la universidad, casarme y tener hijos con el hombre de mis sueños... Todo lo divertido sale peligroso y más si lo dices tú.- sonreí y levanté los hombros cuando su rostro se hizo serio.

Se había molestado o no le había gustado lo que dije.

-Si quieres te hago un hijo aquí.-me tomó de la cintura y me subió a su regazo.- ¿Cuántos quieres? ¿2, 5 ó 15? Los que quieras.

Escondí mi cara entre mis manos y su risa no se tardó en escucharse.

-Jae, no eres el hombre de mis sueños.- dije sonriéndole y rogaba a que no se notara lo mucho que mentía.- Y, ¿qué quieres hacer?

Ignoró completamente todo lo que le había dicho y nos levantó a los dos del suelo tirando de mi mano para salir de la biblioteca no sin antes haber tomado nuestras cosas, miró por todas partes antes de salir al estacionamiento y ahí fue que supe lo que iba a hacer.

-¿Nos escaparemos?

Sus ojos viajaron a mí y luego al auto que estaba frente a nosotros, era el auto de su madre.

-¿Tú qué crees?-subió al asiento del piloto y al ver que no hacía nada bajó el cristal.- Jung Iseul.- hizo ese tono que tanto odiaba.

Subí al auto casi al segundo y él sonrió con satisfacción. En el camino hablamos muy poco pero no nos sentíamos incómodos con el silencio que había, es más estábamos tranquilos y me alegré al saber que íbamos a una de las colinas que tenían prados de campos abiertos. Cuando llegamos la primera en salir del coche fui yo y miré a todos lados sintiendo la brisa fresca saciar mis fosas nasales.

-Siempre encontraré paz aquí.-abrí los brazos y me abracé a mí misma.

-Y más si estoy contigo.-me dio la vuelta y quedé frente a él.- Tengo ganas de besarte.

Sus labios se curvaron en una sonrisa cuando levanté los hombros en señal de no darle importancia y estiré los labios haciendo un pico.

Ya había cerrado los ojos.

-¿No me besarás?-abrí un ojo y él sonreí al verme. Volví a una pose normal y me alejé de él, pero rápidamente tiró de mí y me besó.

Nos besamos nuevamente, lento y con deseo insaciable de uno al otro, sus manos viajaban por mis piernas y mi trasero apretados cada parte de la piel mientras yo abrazaba su cuello y tiraba de su pelo. Mordió mi labio inferior causando leves gemidos en mí que me hicieron sonrojar.