Why? │jaebum

cuarenta y seis

Why?

—Hola.
Con la sonrisa más malévola que pude haber tenido, saludé a todos mis amigos frente a mí. —Les presento al hombre de mis sueños.

En el semicírculo que se había formado habían dejado de hablar todos e incluso los anfitriones de la fiesta habían prestado atención a lo que había dicho.

—Hola, mi nombre es Taehyung, Kim Taehyung.

Saludó con su voz de locutor y me fue satisfactorio ver la manera en la que todos quedaron sorprendidos por el porte que se colgaba ese hombre, era un macho completamente y uno al que debía cuidar.

—Estamos casados, creo que olvidé decirles eso.

Miré disimuladamente a la esposa de uno de los chicos, sus ojos se iban a salir al verlo.

—Un placer conocerlo Sr.Kim.

Sentía que lo estaba comiendo vivo por la manera en la que lo miraba, no me fue suficiente con mirarla y tenía que ingeniar un plan.

—Se ven lindos juntos.—Hwa nos miraba orgullosa, sabía que estaba feliz de que superara a Im.—Son la pareja perfecta.

Acerqué mi rostro al de mi esposo y besé su mejilla delante de todos, él pasó su brazo por mi cadera y luego de que terminara de besar su mejilla dejó un beso en mi frente, un "aww" se escuchó entre nosotros, me sentía bien al tener un hombre de esa apariencia conmigo.

Y cuando decía apariencia no solo hablaba de su físico, hablaba más allá de lo que todos podían ver desde fuera.

—Estoy agradecida de tener a alguien como él a mi lado.— expresé anonadada mirándole a los ojos y sonriendo como una boba.

Totalmente boba cómo solía hacer anteriormente por Jaebum.

Solía, porque ya no es lo mismo, pero es amor, sí, siento amor por él y por todo lo que pasamos juntos, por nuestras hijas y nuestra historia, pero ya no será lo mismo, ya no es la misma chica ingenua la que lo mirará a los ojos y le diré que puede seguir contando con ella, ya no será la misma chica que se dejó llevar por el corazón y no por la cabeza.
Ya había madurado, crecido, entendido y analizado que ya no era la misma chica tonta que se dejaba manipular fácilmente, ya no era la misma niña de 12 años que prometió permanecer a su lado a pesar de todo lo que pasaran, aquella niña que ahora entendió que las promesas por más que se quieran cumplir nunca serán para siempre y aún más si se hizo a una edad muy joven con personas pasajeras.
Porque sí, fue un amor pasajero al que estaba agradecida por ciertas cosas.
Le iba a agradecer toda la vida por enseñarme lo que era el amor y el deseo, por enseñarme cómo perseverar y luchar por alguien aunque no fuera tuyo, iba a agradecerle por el amor extraño que me dio.

Ya nos habíamos movido por el salón, estábamos en unos sillones todos sin excepción de alguno tomando y hablando de temas que para mi gusto eran irrelevantes pero no podía hacer nada por cambiarlos. Trataba de concentrarme en la charla pero mis ojos se desviaban por cualquier parte del salón; cuadros, sillas, vestidos, copas, zapatos, etc... mi mente vagaba.

—Iseul... ¿puedes venir conmigo?

Todos miramos a su lugar, mi rostro quedó igual de inexpresivo que como estaba, no le dejaría ver lo confundida que estaba.