XXXI

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Noah llegó al campamento cuando la luz del sol acababa de ocultarse por completo. Lance y Shiro lo ayudaron a caminar el último tramo, cada uno pasándole un brazo por la espalda para hacerlo caminar. Había sido un día especialmente caluroso y el aire reseco de la llanura llevaba siguiéndolo desde que comenzó a andar. La arenilla y la sal del suelo se le pegaban en la piel, en el cabello y hasta en las pestañas, negras, tupidas y largas, iguales a las de Keith. Lo sentaron en uno de los banquillos junto al fuego de la cena y le sirvieron agua. Con un trapo húmedo, Lance le limpiaba la cara mientras Shiro andaba en círculos alrededor preguntándose qué hacía un muchacho solo y errático deshidratándose en medio de la nada.

-Es hermano de Keith. - dijo Lance volviendo a mojar el trapo.

-Eso lo explica todo...

Lance iba a apartarle el cabello negro de la frente, pero fue detenido por la firme mano de Noah. Tras ella, sus ojos, violeta intenso, lo observaban con un cautela y un millón de dudas.

-¿Mi hermano está aquí? - dijo. Lance asintió con la cabeza, todavía demasiado impresionado por el parecido de los hermanos como para hablar. Keith y Noah eran dos gotas de agua. - ¿Está bien? Tengo que verlo.

Pero cuando fue a pararse, las piernas le fallaron y cayó sentado otra vez. No sabían a ciencia cierta cuánto había caminado, ni siquiera Noah lo sabía. Había estado vagando en busca de una señal, un indicio del paradero de su hermano menor desde la mañana y no se había detenido desde entonces.

-Keith no irá a ningún lado y tú tienes que descansar y comer algo. - dijo Shiro, revolviendo el plato de sopa que comenzaba a burbujear bajo el fuego. Todo le parecía bastante familiar.

-No tengo hambre. - dijo Noah, pero un segundo después su estómago comenzó a sonar violentamente. Se llevó los brazos a él tratando se acallar los gruñidos y disimular la vergüenza, pero ya era tarde. Shiro se acercaba a él con un tazón de sopa de pollo recién hecha que le pareció el cielo. - bien, solo comeré un poco...

Shiro volvió a su trabajo dejando a Lance y al nuevo invitado sorpresa solos junto al fuego. No hablaban ni se miraban más que de reojo. Noah estaba muy concentrado en su plato, Lance daba vueltas al suyo con la cuchara mientras se preguntaba qué seguiría ahora. Entonces Noah habló.

-Deben pensar que soy un monstruo.

Lance parpadeó varias veces antes de responder. No estaba del todo seguro de si se lo decía a él, o simplemente estaba hablando solo.

-Shiro y yo no te conocemos, no podemos juzgarte.

-Soy Noah. - dijo y extendió la mano para saludarlo. Lance se la estrecho.

-Lance

-¿Eres el novio de mi hermano? - no lo dijo en broma ni quería molestarlo. Noah hablaba con tal seriedad y decisión que a Lance le parecía impensable mentir o evadir la pregunta con cualquier otro tema. - yo tampoco voy a juzgarte a ti.

-¿No te importa?

-Digamos que estoy feliz de que a Keith al menos le interese otro ser humano. Siempre pensé que era algo así como una planta. - ambos jóvenes rieron cómplices. Solo con la luz anaranjada del fuego y la tranquilidad de la noche, a Lance le parecía un poco menos intimidante, más relajado e infantil. No era el hombre serio y estricto que Keith le había descrito alguna vez, sino más bien un muchacho igual que él. - ¿Cuándo podré verlo?

-No se ha sentido muy bien estos días.

-¿Está enfermo? - preguntó. La expresión de su rostro cambió por completo a una de total preocupación. Pero Lance supo calmarlo antes de que se pusiera de pie y diera vuelta el campamento buscando a su hermano.

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