Nadie sabía el motivo de su odio mutuo.
Taehyung y Jungkook se habían encargado de esconderlo bien, ese motivo nadie más que ellos lo podía saber.
Vivir bajo el mismo techo no era lo mejor, pero no tenían otra opción. Aún eran menores para trabajar, con 17 años, ninguno pensaba ir a un refugio.
Y allí estaban, en la casa de ambos, ese pequeño lugar algo descuidado, con un patio grande sin provecho alguno, despintado y frío. Así vivían ambos, sin verse ni hablarse.
Si uno estaba en la cocina, el otro en el piso de arriba, si uno estaba en el baño, el otro en la sala. Dormían en la misma habitación, no compartían cama, el frío recorría ambos cuerpos en la noche, los resortes de los colchones hacían ruido, una rama golpeteaba en la ventana por el viento.
Se daban la espalda al dormir, comían a horarios diferentes, no veían televisión juntos, no existían.
Prometieron llevarse bien, prometieron no pelearse ni gritarse, pero les era imposible.
Jungkook tenía una personalidad chocante, era agresivo y fastidioso, no podías mirarlo a los ojos más de 5 segundos, pues su mirada era penetrante y causaba terror.
Taehyung era más tranquilo, pero aún así nunca se mantenía con la guardia baja, era amable, pero cualquier injusticia terminaba por liberar el huracán de emociones que llevaba en su interior.
Algo distintos, Taehyung siempre vestía colores pasteles, le gustaba verse bien y sonreír. Jungkook vestía de negro, poco le importaba su apariencia, pero siempre lograba ser una persona peligrosa.
Ninguno de los dos eran felices viviendo con el otro, llegaban a la escuela con moretones que el otro había causado, a veces sangraba la nariz de Taehyung o la boca de Jungkook.
A veces uno faltaba a clases o incluso faltaban ambos. No hablaban en el instituto, pero en más de una ocasión pelearon hasta el punto en que uno terminaba en el piso.
Los estudiantes aún recuerdan bien la primera vez que Taehyung levantó su mano contra Jungkook. Ambos tenían 15 años, Taehyung había llegado a su hogar como un intruso, no lo quería allí, y se lo hizo saber en el instituto. Aunque Taehyung sea amable y pareciera tierno, ese día incluso Jeon supo que no debían hacerlo enojar, pues eso le costó tres puntos en la cabeza.
Ambos eran temidos, respetados, idolatrados, amados, y odiados.
Pero si hay algo en lo que ambos coincidían, era que las personas decían muchas cosas de ellos.
No sabía nada, no tenían ni idea.
No se odiaban, no peleaban.
No eran violentos el uno con el otro, se protegían.
Tal vez a veces sí se golpeaban y gritaban, pero era por el miedo, la frustración. Aparentaban ser enemigos y más de cinco veces sus peleas en la escuela habían sido graves.
—¿Volvió?— Jungkook se veía preocupado. Sólo había salido unas horas con sus amigos y había olvidado al chico que vivía junto a él.
Taehyung negó con la cabeza, esa noche podían estar tranquilos.
Sentados en el sofá, con la televisión encendida pero el volumen algo bajo, miraron el aparato con aburrimiento.
—¿Mañana pelearemos?— preguntó con cansancio el mayor.
—Tenemos que hacerlo, hace tres semanas no lo hacemos, Taehyung.
No querían lastimarse, pero debían.
—Si Jeon Hye noona viviera...
—No digas eso.— Jungkook frunció el ceño.—No hables de mi madre.
Taehyung bajó la cabeza con indiferencia, no quería discutir.
—¿Estuvo todo bien hoy?
—Me golpearon detrás de la escuela.
—¿No eres capaz de defenderte, Kim?
—No alces la voz. — pidió.—Sabes que no me gusta pelear.
Jeon notó como el suéter rosa pastel de su amigo tenía manchas de sangre y tierra, y las roturas en su jean negro eran muy notorias.
Se sentía mal por él, pero no peleará con esos idiotas que le hacían daño, no por Taehyung.
Tal vez tenían razón en algunos rumores.
Durmieron en camas distintas, dándose la espalda.
Comían en horarios diferentes.
Se causaban moretones entre ellos.
Discutían.
Pero no se odiaban.
No sentían rencor por el otro, era difícil de entender, eran casi distantes y aún así estaban allí, entre esas cuatro paredes estaban el uno para el otro.
Jungkook podría irse sin importarle, pero no dejaría a Taehyung con su padre suelto por las calles.
Taehyung también podría irse, pero no quería que su padre lo encontrará.
—Ustedes no serán como esos maricones. ¡Ustedes sí serán hombres de verdad!
Odiaban recordar eso.
Odiaban vivir con miedo.
Pero odiarían más el no vivir con el otro.
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Dicen ≥VKook≤
FanfictionTodos decían que eran enemigos. Que se odiaban. Que peleaban. Que no podían siquiera verse. Que estaban juntos por obligación. Decían, pues no sabían la realidad. No sabían que esas miradas iban más allá del odio, y que esos moretones no eran de ira...