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El timbre sonó, indicando que era hora de almorzar.

Ambos tomaron sus cosas y caminaron - asegurándose de ir juntos esta vez - a la cafetería.

No tenían dinero para almorzar, por lo que Jin les preparó unos almuerzos antes de irse a la universidad y luego, a su trabajo de medio tiempo.

Al llegar, todas las mesas estaban ocupadas, pero por suerte, Namjoon les había apartado una mesa junto a sus amigos.

Bajo las atentas miradas y los murmullos, Taehyung no quería entrar al lugar, sentía pánico, antes podía sentir seguridad siendo violento, pero ahora era alguien nuevo, una persona diferente a lo que fue.

Jungkook notó eso, lo conocía lo suficiente para saberlo. Por lo que puso una mano en su espalda y lo empujó hasta la mesa donde los esperaban.

—Chicos, ellos son mis amigos, Jungkook y Taehyung, viven conmigo ahora.

Namjoon los presentó ante otros 2 chicos que los observaban.

—Hola.— Jungkook se sentó y jaló a Kim al notar que este no se movía.

—Un gusto. — el intento de que la voz de Taehyung sea normal fue un éxito.

—Hola, Min Yoongi.

Ese chico sí que era pálido como la azúcar.

—Jung Hoseok.

Ese chico tenía una sonrisa cegadora realmente.

Se mantuvieron hablando de cosas triviales, Jungkook y Taehyung se concentraban en comer pero poco a poco se fueron integrando a la conversación, sobre todo Taehyung.

Jungkook masticaba tranquilamente el sándwich de jamón que Jin le había preparado, era realmente bueno cocinando, todo lo contrario a Namjoon.

Pero su paz se vió interrumpida por los idiotas de la otra vez.

—¡Maricón, aquí estabas!

—Este idiota. — bufó Namjoon en voz baja.

El rubio, el cual Hoseok dijo que se apodaba Hone, por razones que no recordaba, se sentó al lado de Taehyung y le sonrió

—Oye, ¿No me darás tu dinero para el almuerzo, pequeña perra?

Taehyung siguió ignorando lo, llamando la atención de muchos.

Jungkook estaba completamente alerta ante cualquier cosa, cualquier toque, palabra o lo que sea. Sentía que no era él mismo en esos momentos, raramente Kim era su prioridad más grande ahora. Porque era débil, era alguien que necesitaba comprensión.

—¿Qué? ¿Acaso tu novio te pega y por eso no me respondes?

Jeon iba a intervenir, iba a matarlo, pero Taehyung se adelantó.

Con un simple golpe en el rostro, más bien en la mejilla izquierda, lo dejó en el piso.

Y así, nadie podía comprender cómo era posible que el chico de suéter rosa pastel y rostro adorable, deje en el suelo sufriendo del dolor a alguien alto y fuerte como Hone.

Kim siguió comiendo su almuerzo tranquilo mientras el chico era llevado por sus amigos lejos de allí, muertos de la vergüenza.

Alagos y excalmaciones provenientes de los demás hicieron sentir incómodo al segundo menor de esa mesa. Sentía demasiados ojos encima de él.

—Eso fue...Wow.— Yoongi no tenía palabras para el gran espectáculo que acababa de presenciar.

—Ni siquiera Namjoon fue capaz de golpearlo— Hoseok bebía su jugo de naranja con tranquilidad.

—Oye, dijimos que eso era secreto.

Taehyung estaba nervioso y por lo tanto, Jungkook sentía la necesidad de calmarlo.

Inesperadamente - y recibiendo gritos de emoción de algunas chicas - Jeon colocó su mano en el cabello de Kim y lo acarició, sorprendiendo incluso al mismo muchacho.

—Sé que no querías usar los puños, pero lo hiciste bien. — Aún sin detener las caricias, no podía sonreír, pero sí podía decirle esas palabras con un tono suave y sereno.

Y Taehyung se sentía mal por eso, porque todo estaba mal.

...

—Ahora ¿Quieres hablar?

Ya estaban en la habitación que Namjoon les había prestado, Jungkook dormía en el sofá de la habitación y Taehyung en la cama.

—¿No podemos ignorar esto?

Su voz era baja, pero el eco le ayudó a escucharla.

—Estuve ignorando lo por tres años.— se acercó a la cama y se sentó a su lado. —Me cansé de dar vuelta el rostro sabiendo que no estás bien. Somos amigos, ¿Verdad?

Ni él mismo estaba seguro de sus palabras, sentía inseguridad de sólo decirlas, tal vez Taehyung no lo consideraba eso siquiera.

—Sí.— fue todo lo que dijo, y el menor pudo respirar en paz.

—Entonces, puedes decirme.

No, no podía. O estaría sólo de nuevo.

—Sólo...Me duele que la gente hable de mí. No saben quién soy ni de dónde vengo. No tienen derecho.

—Ni siquiera yo sé de dónde vienes exactamente.

El silencio se hizo presente, imcomodandolos a ambos.

—Tu madre me llevó con ustedes cuando su amiga, mi mamá, murió.

El menor lo dejó continuar.

—Mataron a mi madre, aunque aún no sé el motivo. Y entonces, tu madre murió y tu padre comenzó a golpearnos y esas cosas. Eso es todo.

—¿No hay nada más?

—Nada más.

Esa noche iba a ser larga.

Dicen  ≥VKook≤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora